Aceptación, Compromiso, Humanidad

Tirarse al infinito…

Todo el mundo guarda una mejor versión de sí mismo esperando a ser descubierta. Aquel que conoce los pozos de su propia oscuridad no tiene fuerzas para mirarse al buen espejo, que no es el de los demás, ni el de las expectativas, sino el de un horizonte que quizás aún nunca ocurrió, a no ser que decidas darle forma con esfuerzo. Pues los mejores cuadros se dibujaron en las peores circunstancias, las mejores obras escritas cuando nadie esperaba nada del poeta. Aquí el mal no es tan malo, aunque sólo sea por esa sensación dudosa de un futuro que va a ser más soportable en cuanto decidamos. No domarse es la receta, sobrevivir más allá de todo, la certeza…

La felicidad, o serenidad, o como quieran llamarla, nace con gran fuerza de la necesidad de que ocurra. Cuando uno no ve salidas, seguir caminando alumbra los buenos caminos, independientemente del rumbo que se escoja. Lo que no vale es quedarse quieto, morir en vida, indefenso y culpable de dejarse caer en los miedos. Porque cuidarse es mucho más que parecerlo, es limpiar el desorden de los hábitos, los malos olores del pasado y vestir al futuro de opciones. Cuidarse es elegirse como excepción que nadie espera, perdonar a quien sospecha un mal gesto tuyo, abrazar al que pide una mano amiga, gritarse en silencio…

Quien se elige para ser quien siempre ha querido no convence al destino, lo escribe. No piensa el presente, lo respira, ni vence los malos pensamientos, porque ni siquiera lucha contra ellos. No dice, hace, ni piensa, sueña, ni espera, desespera. Jamás acaba, empieza, presiente, exclama, sin preguntas, sólo respuestas. Sonríe las penas del alma, atiende, respeta, aprende, enseña.

La vida es demasiado corta para no hacer cosas realmente emocionantes. Demasiado larga para quien no las hace. Demasiado bella para dejar de amarla, eterna para quien se olvida de cortejarla, fascinante hasta decir basta, intensa, genial, sorprendente, ilusionante. La verdadera vida consiste en dejar de acostumbrarse, provocar el verso, rimar las olas, agradecer el aire. Es tocar el cielo, besar la tierra, darse oportunidades. Imaginar que ocurre, elegirse hasta lo perpetuo, mirar atrás el pozo, despedirse, sereno, humilde, desafiante, y tirarse de lleno al infinito…

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