Aceptación, Compromiso, Humanidad

Ser Humanos en familia…

Se puede vivir sin pareja, pero no sin amor. Muchas veces confundimos ambas cosas. Nos han enseñado que la buena familia estructurada está formada por padre, madre e hijos, y mejor aún si puede ser abuela rondando. Lo vemos continuamente en las series, las películas, lo escuchamos en las charlas que tratan sobre la familia, nos lo dicen en el colegio. Aquello de la familia ideal dibujado por los lápices de un niño, bajo un Sol inocente. Casi nada de eso es cierto, al menos en la realidad que vivo en consulta.

He visto madres solteras luchar sin contemplaciones ante el destino, solas, humildes, pero fuertes y convencidas de que querer es poder y de que nadie pisará el orgullo que siente por los suyos. Las he visto sacar de donde no hay, inventarse la manera de sumar cuando el viento sopla en contra, y avanzar, vaya si avanzan, como esos veleros que escoran pero buscan su puerto a pesar de todo.

He conocido padres que se quedaron solos en el mundo, haciendo de madres, hermanos y abuelos, naciendo de nuevo para poder acompañar de verdad a quienes le necesitan. Los he visto llorar ante lo inesperado, desde luego, pero también decir que no a la expectativa y volver a la senda de los héroes. Los he observado multiplicarse por mil para estar en todos lados, y siempre con una sonrisa en la cara y el brazo dispuesto a darlo donde haga falta.

No me hablen de familias estructuradas que no se aman, que permanecen juntas porque Dios lo dice, o porque es lo mejor para todos, porque es mentira. No me hablen de familias estructuradas cuando el trabajo ahoga el tiempo disponible para estar juntos, o cuando la indiferencia asoma. No lo es si no hay paciencia, ternura, pero también decisión y jerarquía. No vale hacerse amigos de la descendencia, ni hermano de la pareja, ni extraño o desconocido para todos, ni distante. No vale no pedir ayuda, que nadie tiene libro de instrucciones, y a ser padre o madre no se enseña en las escuelas. No vale no darse oportunidades, anularte, creer que los demás son los importantes. Nadie lo es más que tú, ni siquiera tus hijos, aunque cueste asimilarlo…

Existen muchos modelos de familia, nadie tiene la fórmula perfecta, pero sí puedo decir un par de cosas. No dejen atrás a nadie, no caigan en el error de pensar que todo está hecho. Mantengan siempre alerta la alarma encendida ante las faltas de respeto. Cuiden la intención, pero sobre todo la acción. Transmitimos valores, es nuestra responsabilidad elegirlos, y lo mismo ocurre con los miedos. Busquen el amor, por supuesto, pero tener pareja es únicamente una posible consecuencia. Amar comienza por quererse uno mismo, aprender a perdonarse, a aceptar los fallos, pues ser humanos no es sólo una descripción de tu especie, quizás sea una actitud ante la vida…

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