Me ocurrió ayer, viniendo del despacho. Parado en un semáforo, pensando en los casos, un hombre con rostro desencajado, en su Mercedes gris reluciente, frenaba en el último instante ante alguien que se había cruzado. No pasó nada, excepto que nuestro protagonista sacó la cabeza por la ventanilla y le exhortó un contundente -¡¡Animal!! al pobre que cruzaba. Hasta ahí el suceso.
Pero caminando fui pensando, buscando en la palabra que sonaba a insulto un motivo para escandalizarse. Les contaré el final, no lo encontré. Ya sea por ponernos científicos, animales somos todos, pensé. O ya sea por ser retóricos, animal me suena a nobleza, a defender la especie y naturaleza. Animal significa salvaje, como los caballos de las marismas de Doñana, libres como el aire. Imperiales como el águila, veloces como la gacela, incansables, feroces como los leones y familiares como las cigüeñas. Animal huele a tierra de antepasados, a silencio y respirar hondo. Sabe a mar y sus peces, delfines sonriendo y flamencos bailando en la orilla. A colores y profundidades, a truchas remontando, al origen de nuestra existencia.
La mirada de un perro, la independencia del gato, la disciplina de la oruga, la jerarquía de la abeja. Todos los valores en los que creí, en mirar por el planeta, cuidar nuestro mundo, formar un hogar, respetando espacios. Dejar descendencia, averiguarme la vida, la supervivencia. Ser animal es emigrar, surcar los cielos en busca de futuro, aceptar la muerte y ser el momento. No mirar atrás, sin lamentos, sin rencores, valientes, decididos, seductores. Es adaptarse, valerse por si mismos, luchar hasta el final. Es entender sin palabras y defenderse con todo. Cuidar el nido, alimentar la prole, seguir la intuición, sin barreras.
Quiero ser león, su majestuosidad. Quiero ser halcón, su elegancia. Quiero ser ballena, su nobleza. Tiburón, su destreza. Gallo con su orgullo. Caracol por su paciencia, hormiga por constancia, orangután por su sapiencia. Quiero ser humano, haber reaccionado al instante, estrecharle la mano al del mercedes, y decirle a los ojos, -Amigo, ya quisiera usted tener algo de animal, y yo que lo viera…
