Mírame bien. No escribo todos los días para que simplemente observes como lo hago. Olvídate. No busco tu aplauso ni me importa tu crítica. No espero que me digas si te ha gustado o si no lo ha hecho. Me da lo mismo si te llenas de mis versos o si pasas como si nada. Siento si no estás de acuerdo con lo que digo, si te eleva el alma o si te aburres con mis letras. No me importa en absoluto.
Lo que yo quiero es que entiendas que no hay excusas para hacer lo que a uno le gusta. Que si lo hago a diario es porque cualquiera puede encontrar el momento de hacerlo, esto o cualquier otra cosa. Lo que quiero que sepas es que somos humanos precisamente porque usamos la creatividad, que no somos máquinas ni podemos aspirar a serlo. Que la humanidad sobrevive por muchas razones pero que realmente vive por las emociones que generamos. Lo que quiero que veas es a alguien que cada día expresa, como puedes hacer tú, y que en ese acto existe verdadera salvación para tu cotidiana y repetitiva existencia.
Me gustaría que entendieras que no poseemos nada que nos pueda poseer a nosotros. Que tu silencio sabe a soledad y allí no hay entusiasmo. Quiero que te arriesgues a decidir lo que quieres ser, pensar por ti mismo, a pesar de los miedos, y que después te atrevas a contarlo. Que encuentres tu vocación a base de equivocarte en proyectos que al menos dejen aprendizaje. Que no hay nadie perfecto excepto el que insiste ante su imperfección. Y que no hay límites en el tiempo para empezar a hacerlo.
Si escribo cada día es para que sientas, no para que pienses, para que hagas y no para que digas. Es para que reúnas a los que quieres y les digas que los amas. Para que llames a tus amigos con afecto y a los desconocidos por su nombre. Es para que te saltes las reglas de la vergüenza y des abrazos antes de tiempo, besos ante la duda y ayudes sin que te lo pidan. Se trata de ir por delante incluso de ti, de lo que te dice tu conciencia. De ser genial sin plantearte las consecuencias.
Mi mejor regalo es que sobrepases tus propios límites. Que confíes aún sin creer y que creas en lo imposible. Que no des nada por sentado y que diseñes tu propia vida. Que perdones a aquellos que te hicieron daño, pues te hicieron mejor, y que aproveches los segundos que te da el destino para que comiences por fin a cambiarlo. Mírame bien amigo, no tanto lo que escribo sino lo que hago…
Te leo porque me impulsas a diseñar mi propia vida y a sentir..
arriesgar…
emprender…
soltar miedos…
morderme menos la lengua…
Ser YO