Aceptación, Compromiso, Humanidad, Inteligencia

Mi Propuesta…

Lo importante no son las cosas que te ocurran, sino lo que haces con ellas. Hemos aprendido a sentirnos desdichados por los sucesos negativos que acontecen en nuestras vidas, pero no nos acordamos que únicamente en las crisis se mejora como persona. Vivimos con el objetivo puesto en los resultados que obtengamos, un título más en la pared, una cifra en la cuenta corriente y un número futuro en el calendario, pero olvidamos que la serenidad no la hallarás en esas cosas. Que la felicidad es una sensación de bienestar que sientes cuando estás en el proceso de conseguirlas, y que sólo en el presente puedes acariciarla. Nos creímos que el pasado nos determina, pero tan sólo nos condiciona, hasta que decidamos que estamos hartos de que así sea. Vemos problemas donde podemos ver retos, culpas donde habita el desafío y locura en el riesgo.

Caminamos sendas que igual ni siquiera elegimos, con la ansiedad apretando nuestros pasos, comparándonos con el que está al lado, compitiendo inconscientemente en una batalla que de antemano está perdida, pues siempre habrá alguien que nos supere. Pretendemos que se nos respete en función de nuestro status social, por como somos, pero no caemos en la cuenta que el respeto no es el origen sino la consecuencia de nuestros actos. Que si haces por respetarte primero a ti mismo es bastante probable que encuentres en los demás el abrigo que alguna vez pudiera hacerte falta.

No expresamos agradecimiento suficiente por miedo a atrevernos a ser demasiado intimistas, cuando la emoción que deja en quien lo hace se sabe que es perfecta y amable, que siempre suma sensaciones buenas que mejoran nuestros días, y aún así nos cuesta. Aceptamos leyes absurdas como el “tanto tienes tanto vales”, “ojo por ojo y diente por diente”, “no confíes en nadie”, “piensa mal y acertarás”, etc, que sólo hacen encerrarnos en nosotros mismos sin dejar posibilidad a que el destino nos sorprenda agradablemente.

Propongo cambiar las cosas, desde dentro, empezar a entender que si nos caemos y nos equivocamos tenemos la opción de levantarnos, de aprender y demostrarnos que podemos con todo. Cambiar el mundo comenzando con nuestros actos, independientes de aquello que venga de fuera, porque quizás es lo único que dependa de nosotros. Decidir decir no a la expectativa insulsa impuesta y que no nos ilusiona, para imaginarnos el futuro que queremos y vivir el presente hasta que llegue. Vivir sin culpas pero con responsabilidad, son razones pero con alma, con cabeza y con corazón. Agradecer cada gesto, amar sin medida y matarnos en vida. Pues quizás la muerte no es cuando desapareces, sino cuando no estás vivo en vida. Es mi propuesta, es tu opción escucharla, de ti depende, no quiero perder ni un segundo más sin ti…

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