Aceptación, Compromiso, Humanidad, Inteligencia

Me Enamoré De Ti…

Me enamoré una tarde de primavera, con la Luna asomando en un horizonte que empezaba a aclararse. Me gustaron sus pasos, firmes, decididos, manchados del barro de haber pisado fangales inciertos. Me llamó la atención su sonrisa, como esos gestos amables de aquellos que saben lo que es sufrir para volver a la vida. Me embelesaron sus maneras, humildes, sin ser modestas, mirando a los ojos como sólo mira quien vio su sombra de cerca. Quedé prendado de sus manos, dispuestas a cualquier obra cada noche cuando todos ya andan durmiendo. Probé sus labios, sinceros, con sabor a presente y naturaleza. Acaricié su pelo, largo, indomable y revuelto, como su espíritu. Desnudé sus vergüenzas, sus miedos y los temores para convertirlos en instantes, en inspiración y el mejor arte posible. Callé sus silencios con palabras, los espacios con letras y su vacío con mi alma. Abracé su soledad, su nobleza y su desvarío, perdonando sus errores y premiando sus aciertos. No quise demasiado de su pasado, tampoco del futuro, éramos el momento, y con eso nos bastaba…

Amo su pelea constante, su lucha incesante, su grito desgarrado. Amo su fe sin límites, su signo feroz y su lógica desmadrada. Me tienta su coraje, sus saltos al vacío y su intuición errante. Me gusta porque no procura prudencia en los sueños y no se cree sus propias pesadillas. Me encanta porque reniega de imposibles, de increíbles y de improbables. Me hipnotizan sus secretos, porque son humanos, su pasión, porque es animal, su canto a la existencia, su aceptación de los lamentos y su dibujo de la amistad. Me asombra su vitalidad, sus locuras y su guerra al pesimismo. Me enamora la victoria de su batalla, la espada que sostiene ante las injusticias y su escudo contra quienes le subestiman.

Me enamoré una tarde de primavera, tras ver pasar una tormenta, aún con el corazón empapado y lágrimas en mis mejillas, aún con frío en el cuerpo por los lamentos de antaño y las expectativas que jamás se cumplieron. Me enamoré de ti, por tantos años de olvido, por tantos tropiezos remendados, por tus ojos verdes que han visto tanto, por tus samuráis perfectos que dan sentido a todo, por tu gente que siempre estuvo, por la madre que te trajo. Porque ahora eres honesto, leal, amigo. Porque sabes a qué huele el infierno y regalas tu cielo, tu tiempo, tus mejores formas, tu mayor compromiso, tu mensaje infinito para aquellos que eligen descubrir su mundo. Me enamore de ti, de mi, y todavía sigo, brindando por los tiempos magníficos que han de venir para hacer que cualquiera pueda terminar enamorándose, escuchen, hasta de la persona más importante de tu vida, que es, disculpen la osadía, uno mismo…

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