Aceptación, Compromiso, Humanidad, Inteligencia

Los Mayas tenían Razón

Articulo publicado para la Revista especializada «Nueva Ruta del Empleo»

Todo está cambiando. La crisis vino bien para darnos cuenta de una realidad que no terminábamos de aceptar en época de bonanza. La manera en la que se trabaja, se contrata y se vive la empresa es y debe ser diferente de como estaba montada. Pensábamos que estar más horas en la empresa era sinónimo de mas productividad, pero es mentira. Hoy sabemos que alguien que no concilia vida familiar y laboral no es feliz, y que siendo infeliz no se produce. Creíamos que la rentabilidad de un empleado se media en números, pero nos equivocamos. Ahora nos damos cuenta que alguien rentable es aquel que cree en el objetivo común del negocio y lo transmite a los demás. Antes de la crisis se pensaba que con tener un trabajo de ocho horas, catorce pagas y un mes en verano íbamos sobrados para tener una vida cómoda.

Hoy sabemos que la vida no debe ser cómoda, sino apasionante, que solo vivimos una y no estamos para desperdiciarla ocho horas al día en algo que no nos gusta. Antes decíamos que los lunes eran síntomas de depresión. Hoy hay gente que desea que llegue porque aman lo que hacen. Creíamos en los horarios, en los fines de semana y en picar a la salida. Pero hoy sabemos que hacer lo que nos apasiona no sabe de límites en el tiempo. Hoy se valora la libertad, se habla en las empresas de motivación, de estados de ánimo y de formación humana.

Hoy los curriculums dejan de ser aburridos, iguales, fotocopias uno de los otros. Las personas que optan a los trabajos son gente superviviente de la peor de las tormentas, han visto de todo y ya no aceptan un no por respuesta. La preparación de los jóvenes es la mejor de la historia. El papel de la mujer se equipara cada vez más al del hombre. Emprender un negocio propio es una posibilidad real, con poca inversión y sin la necesidad de un padrino. Internet hace que podamos contactar con cualquier Departamento de Recursos Humanos del mundo, que vendamos un producto a alguien que está en Filipinas o que tu voz se escuche en Wisconsin. En los tiempos que vivimos sabemos que cualquier persona puede llegar allá donde se lo proponga, que las excusas son sólo eso, pues sabemos de gente que, sin medios, ha llegado.

Tenemos al alcance todas las herramientas posibles y toda la tecnología imaginable. Puedes dar la vuelta al planeta, leer las mejores obras, compartir reflexiones con tu ídolo o pedir consejo a un gurú de la empresa privada. Todo está cambiando, a mejor, por supuesto, a pesar de aún queden muchas cosas por hacer. Hoy tienes todo al alcance de tu mano, no hay motivo suficiente para la queja. Quién diría que los mayas iban a tener razón sobre aquello de que el mundo conocido iba a terminar. Desde luego. Solo queda que lo creamos y empecemos a demostrarlo, arriesgando lo que haga falta, sin excusas, por muchos motivos que encuentres para tenerlas. Y si no me crees da el primer paso compañero…

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