Cuando te mires al espejo duda. Duda de si lo que ves es lo que eres realmente. De si lo que piensas sobre ti es correcto. De si tus defectos no son más que un punto de vista y si tus límites una creencia irracional injusta. Dime que tus arrugas no son experiencia ni tus canas vivencias. Dime si tus ojos no han visto el cielo y tu cuerpo ha tocado la locura. Cuenta los besos que diste con tus labios y las cosas bellas que oyeron tus oídos. Recita los versos que escuchaste, los te quieros y los perdones. Describe los aromas, las sensaciones y tus cicatrices. Observa la forma perfecta de tu sonrisa, la simpática mueca de tu gesto, el color vivo de tu iris y tu frente quemada por mil atardeceres.

Dime que ves tu potencial infinito, tu infancia desgarrada, tus amores de verano, las sombras de tu invierno, los fantasmas que derrotamos y la demencia de atreverte a todo. Dime que ves aprendizaje, intenciones y esperanza. Que ves fuerza, ilusión y confianza. Dime que eliges vivir como forma de vida, derrotando la vergüenza, la culpa y los miedos.

Dime que ves un alma y no sólo un cuerpo. Que traes posibilidades a un mundo descreído. Que quieres ser ejemplo y quitar la razón a los realistas. Dime que la pasión te arde por dentro, que gritas en silencio para dar un sentido a tu destino, que no pretendes esperar más para desafiar el universo. Dime que se acabó escapar para ir aceptando, construir en vez de ir destruyendo, romper expectativas y alimentar todas tus fantasías. Dime que el presente es tuyo y el futuro es nuestro.

Dime tus motivos cuando te mires al espejo. Cuéntame tus razones para ser feliz, genial, sereno. Elige el camino, la forma y la manera, mas no dejes de hacerlo. Decide los pasos y las acciones, acertando a equivocarte, tentando la suerte y arriesgando hasta la muerte. Siendo sinceros, humildes, orgullosos y soñadores. Siendo honorables, honrados, honestos y auténticos. Jugando a ser nosotros sin hallar reconocimientos. Con fe desmedida y sin medida en lo imposible.

Amando lo que ves, lo que sientes y lo que haces. Cogiendo aire para un nuevo día que harás increíble, emocionante, inquietante y distinto. Cerrando los ojos, apretando los puños, agarrando el instante. Un espejo que tan sólo dice verdades. Un espejo que aguarda que vuelvas mañana para enseñarte todo lo que hoy hiciste, y así seguirá siendo, ojalá, hasta que quieras, quizás mucho más, hasta lo eterno…