Aceptación, Compromiso, Humanidad, Inteligencia

Esa Bruja Despiadada…

Esa bruja viene y te mata. Te encadena, te maltrata y te somete. Te agarra del cuello, te tira de la espalda y te paraliza las piernas. Aparece un día sin pensarlo, cuando menos la esperas, como esos fantasmas que nunca nos creímos que realmente existieran. Viene disfrazada de vergüenzas, de culpas y de miedos. Llega para quedarse, para acompañarte y para anularte. Para que dejes de respirar, te olvides de ti y desconfíes de todo. No es tu dueña pero lo parece. No es asesina, pero así la sientes. Te enfría las manos, el corazón y las ganas de vivir. Te quema las ilusiones, las buenas expectativas y la intuición amable. No te habla pero te grita, no te daña pero te lastima, difícilmente se cura, casi siempre vuelve.

Te dice que no puedes, que no sabes, que no quieres. Te susurra que es imposible, que vas a fallar y que el mundo te observa. Te incita a que marches, a que evites y a que huyas. A que desesperes mientras esperas, a que niegues el instante y destroces el momento. Te aleja de la familia, del amor, del riesgo y de atreverse. Te dice que no a todo hasta hacer que la creas.

Hasta que un día la enfrentas. Pides ayuda, sales a la calle, tiemblas, te caes, te levantas y sigues adelante. Te equivocas, te duele, aprendes y miras al horizonte. Lloras, sufres y terminas sonriendo. Hasta que un día dejas de lamentar y eres tú quien la somete. Intentando lo que supuestamente no puedes, insistiendo donde no debes y jugando a poner los límites donde quieras. Perdonando el pasado, que es donde nace. Soñando el futuro, que es donde ocurre. Eligiendo el presente, que es donde vive. Decidiendo ser tú, sin excusas y con coraje.

Así ocurre con la Ansiedad. Esa mujer vestida de fechas importantes, de cimas vitales y de grandes derrotas. Esa señora despiadada que se desvanece cuando la enfrentamos, que se revuelve cuando la desafiamos y que se presiente aún habiéndola domado. Esa vecina pendiente de nuestros pasos para esperar a resbalarnos, ese perro deseoso de hincarnos el diente, el buitre que sobrevuela nuestras debilidades para rematarnos. Esa enemiga de la que al final me hice amigo, convirtiendo sus heridas en aprendizaje, su espada en mi trofeo y su recuerdo en enseñanzas. Esa guerra atroz en la que me vi hace tiempo y que terminé venciendo para que otros pudieran ganar la suya. La ansiedad, esa bruja cruel que me hizo mejor persona a pesar de todo…

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1 thought on “Esa Bruja Despiadada…

  1. Esa bruja es horrible. ..paraliza…ahoga…arrastra…hunde…piensas que se ha instalado en ti perpetuamente…o aprendes a convivir con ella o te hace su prisionera….
    lo peor es que te dejes vencer…
    Gracias por tus palabras!

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