Aceptación, Compromiso

Gánate tu Destino…

Si quieres seguir desconfiando del mundo estás en tu derecho. A tu alrededor vas a encontrar motivos de sobra que alimenten tus excusas para no cambiar tu entorno. Puedes mirar por ti y sobrevivir, o velar por la humanidad y vivir de verdad. La vida pertenece a aquellos dispuestos a mejorar la de los demás. No hace falta demasiado, a veces tan sólo con una sonrisa, un buenos días en la escalera o dejar paso a quien te cruzas. Olvídate de grandes gestos, los mayores muros comienzan con el primer ladrillo. Para pensar a lo grande tienes que empezar sabiéndote pequeño, sin dejar de actuar jamás en un presente que te ofrece miles de posibilidades, buenas y malas.

Se trata de hacer la vida más agradable a los que conviven contigo, expresar sentimientos y virtudes, dejar de juzgar y olvidarse de la suerte. Quien tiene los suficientes arrestos para elegir esa forma de existencia está invirtiendo en serenidad para su alma. Ya muchos lo saben, la mayor satisfacción posible es el agradecimiento recibido por parte de los que aprecian nuestro gesto, y eso está al alcance de cualquier mano.

Agradece, no dejes de hacerlo, pues hasta de los desconocidos encuentras algo que te remueva. Porque ese día consigues que esa persona transite orgullosa de sí misma, y lo que te devuelve siempre es más grande, puedes estar seguro. Ya no digo con familia, amigos, pareja. Los que tienes más cerca deben escuchar de tu boca o de tus letras ese agradecimiento que, a fuerza de costumbre y confianza, has dejado de expresar. Se lo debes, porque en el fondo el favor te lo estás haciendo a ti.

No esperes a mañana, a la próxima nochebuena o su cumpleaños. Hazlo ahora, que sabes que respiras y puedes. Arriesga tus letras por exceso, que mañana aún no ha amanecido y tampoco es seguro que lo haga. Deja atrás excusas, vergüenzas y miedos. Toca el espíritu de los que te quieren, pues inconscientemente lo están esperando. También tú, lo sé, pues vi muchos arrepentidos a destiempo. Amar consiste en eso, un verbo activo, plural, pasado, presente y futuro, imperativo, un gerundio entre exclamaciones. Quien lo practica lo perfecciona, imposible de aplazar ni mantener escondido. Di lo que amas a quien amas, y caminarás indudablemente enamorado de tus pasos por la vida. Haz lo que debes, amigo, y el destino aumentará tus probabilidades de gozar de una vida que merezca la pena…

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