Alguna vez creí que debía estar bien para poner mi mejor cara, que para motivar al mundo primero tenía que estarlo yo. Pensé que ser razonable era racional, y sentir un atraso. Me imaginé que triunfar era ganar, que caminar era sufrir y soñar era de locos. Me creí que el pasado te predestina, que la verdad te pierde y que volar es osadía. Que el silencio era prudente, afrontar perderse y arriesgar locura. Entendía que la nobleza era callar, que los héroes vencían y que la belleza envejece.
Me equivoqué mientras dejaba de intentarlo, cuando evité mi torpeza por temor al fracaso. Me equivoqué al juzgar, al hacer sin sentir y al sentir sin hacer. Al vivir muriendo, al caminar sin sonreir y al decir sin gritar. No lo volveré a hacer, las excusas, los miedos, los reproches, no caer en buenas tentaciones, la venganza, las traiciones, habitar sin decisión, mirar para otro lado, quedarme en la superficie. Tampoco volveré a justificarme, a huir de mi y menospreciar mis pasos. Ni aceptaré mis límites, sin retar mi futuro ni elegir mi presente.
Voy a respirar cada sorbo de aire, el sabor de cada momento, el olor de cada instante. Voy a partir de cero cada día, apretando los dientes, jurando esfuerzo, aprendiendo y disfrutando. Voy a dar amistad antes de recibirla, amor a pesar de las heridas, perdonar antes que me lo pidan, abrazar aunque no toque. Voy a ser yo para los demás, con mis fallos, mis palabras y mis vergüenzas. Con mi coraje, mi orgullo y mi historia. Luchando para que tengas la tuya, que seas genial, compasivo y ejemplo. Que acabes la guerra de las almas, la de esperar a recibir, la que habla de merecer y de justicias divinas.
Empecemos a cambiarlo todo, desde hoy, equivocando de acción, y no de omisión. Prometiendo en verso, dibujando la realidad, inventando nuevos colores, en el mejor de los lienzos, que es la vida. Que se caigan los muros de la indiferencia, los días sin esperanza y el universo de lo esperable. Que alcemos la bandera de lo inimaginable, el desvarío de los insumisos y la voz de los que pretendemos reinventar el universo. Que todo es posible, si actuamos con entusiasmo, que la fe se transmite, a base de arrebatos. Que nadie nos pare de errar, de fallar, de equivocarnos. De hacerlo tanto que acertemos, que hallemos el secreto de lo humano, la bella manera, quizás la única, de verdaderamente encontrarnos…
Me.encanta como siempre
Que cierto
Que Arte