Imagina que fueras libre, que alguien te confirmara que tus creencias son sólo eso, y que no debiste tomarlas demasiado en serio, pues dependía del lugar donde la casualidad quiso que nacieras. Imagina que tus valores no sean tuyos, pues los heredaste de quienes los pusieron en ti, con buena intención, por supuesto. Imagina que el error no fuera equivocarse, sino acertar sin aprender nada nuevo, que morir no fuera el final y que siempre pudieras empezar de cero. Imagina que el tiempo fuera eterno y que los instantes jamás acabasen, que viviésemos el momento con optimismo aplastante. Que la plena virtud fuera un defecto y que la felicidad perteneciera a los olvidados. Imagina que la razón fuera irracional si no es emocionante, y que la emoción fuera una constante del universo.
Imagina que tu personalidad fuera cambiante, que la existencia fuera corta para no hacer algo realmente apasionante. Que los miedos se rindieran cuando corres hacia ellos y que las heridas terminaran cicatrizando con el tiempo. Imagina que tus complejos se convirtieran en enseñanzas, que creásemos nuestro destino con actitud bondadosa y sin venganzas. Que la naturaleza nos perdonara y la Tierra nos amase. Imagina que los temores volaran y la locura te alcanzase, que tu prosa fuese verso y tuvieras valentía suficiente para escribirla. Que tu vida fuera un lienzo con la historia mejor descrita. Imagina que tu obra sobreviviese, que tus letras alumbrasen el futuro de algunos y justificaran el pasado de otros muchos.
Imagina que tú no fueras importante, que no enjuiciaras, que no te comparases. Que pienses en sentir y sonrías al pensar, que te esfuerces en hacer y dejes de decir, que respires, que te arriesgues a soñar y reinventarte. Imagina que las banderas fueran trapos, que las fronteras fueran cuentos y los recursos de todas las almas. Que compartir parezca lo sano y ayudar lo digno, que ser humano fuera actitud y no especie, que el infinito no nos perteneciese y la cordura fuera pecado.
Imagina que no paras de imaginarte otro presente, que amar fuera tu lema y superarte cada día el desafío. Que no pares de quererte, de levantarte y de mirar horizontes. Imagina que confías, que saltas y te gastas la vida en vivencias. Imagina que existes para cambiar tu entorno, que primero toca el tuyo y que aún no hay nada decidido. Que tu ejemplo salva a alguien, que todo es posible y que tu fe mueve el mundo. Imagina que puedes intentarlo, que ahora es la hora y que seas el héroe que andas buscando. Imagina que lo imagino porque lo creo, por eso y porque intuyo que al fin empieza a estar ocurriendo. Y ahora que lo imaginas no dejes de hacerlo…