Nos han vendido la moto. Nos han hecho creer que el dinero da la felicidad, o al menos que es más fácil de conseguirla por ese medio. Mentira. Las personas más felices que conocí no tenían prácticamente nada. Nos han dicho que el trabajo dignifica, vaya absurdez. La actitud que llevemos a cabo es la que nos dignifica, no únicamente el trabajo. Recuerdo la maldita placa que hay a la entrada de Auschwitz, “el trabajo os hará libres”, y que muchos se creyeron. Nos han mentido diciéndonos que el sistema es difícil de cambiar, pero en cuanto salen personas dispuestas a ello se amedrentan. Nos han convencido que la existencia correcta consiste en tener hipoteca, los fines de semana libre y un mes en verano, pero me he dado cuenta que quien disfruta con su trabajo no deja nunca de hacerlo. Nos han dicho que lo que no puede ser no puede ser y además es imposible, pero cada vez conozco más casos de imposibles que terminaron sucediendo.

Nos han dicho que creer en los sueños es de locos, que no se vive siendo creativo, que lo aceptable es tener horario, que ilusionarse es perder el tiempo. Nos han mentido, ni nunca es tarde ni demasiado pronto, y ser niños es de adultos. Nos han vendido que llegar alto es el éxito, y que ser humilde es un fiasco. Que hay una media naranja para cada uno, que el divorcio es un fracaso y el amor siempre permanece intacto. Nos han hecho creer que la película de la pareja termina con el primer beso, y es cuando empieza. Que la suerte es vital y las casualidades necesarias. Que la muerte es el final y la vida un valle de lágrimas.

Nos creímos las clases sociales, estar a la última y a los triunfadores. Nos olvidamos de los olvidados, de reírnos de la moda y de los que luchan. Preferimos la lotería al esfuerzo, la gloria a la serenidad y el reconocimiento a la destreza. Preferimos talento a habilidad, logros a intención y excepciones a justicia. Nos creímos todo, los límites, las barreras, los miedos y los temores.

Por eso vengo a decirte, amigo, amiga, que no te creas nada, que, si quieres, todo es posible, que puedes empezar cuando quieras, que el mundo te espera y tu ejemplo hace falta. Que no hay mayor orgullo que reinventarlo todo, que el éxito es encontrar tu camino y que la libertad es un hábito que se ejercita. Que las posibilidades son infinitas, que muchos te dirán que no puedes, pero que llegar a ser quien eres será el mayor de los hallazgos, con mucho, que hagas en esta maravilllosa vida.