Aceptación, Compromiso, Humanidad, Inteligencia

El Centro de Todo…

No se trata de ser, sino de estar. No se trata de querer, sino de amar. Vivir es un verbo en gerundio, infinito, no infinitivo. Equivocarse es acertar y rendirse está prohibido. Lamentar es morir y aprender es una actitud. El futuro no existe y el pasado es borroso. El presente es auténtico y respirarlo una obligación. Los miedos son mentira y tu historia un ejemplo posible. Los amigos un tesoro, la familia un paraíso y tu alma todo corazón. Tu mente la herramienta, tus manos suficientes y tus labios de los besos.

Redefine tu mundo, las palabras y sus significados. Reinventa tu universo de intenciones y sentimientos. Habla de sensibilidades, de emociones y de superarse. Habla de silencios, de sonrisas y de estar al fin contigo. Mira el espejo y grita que otra vida es viable. Corre aún más lejos, insiste, persiste, siendo tu propio Dios, eligiendo, decidiendo, saltando y exprimiendo la existencia.
Conecta con la tierra, los animales y la naturaleza. Abraza la experiencia sin sospechas, el dolor sin huidas y la tentación sin culpas ni recelo. Que no hay pecado en ser humano, y que no hay juez que sea perfecto. Imagina sin límites y ya estarán desapareciendo. Acepta el destino justo antes de cambiarlo. Perdona aún sin mediar disculpa y ya estarás siendo libre. Que la necesidad te encadena y depender es la muerte.

Dibuja de nuevo tus letras, con la forma más bella, pintando cada movimiento genial de tu cuerpo con esmero, con meditación y con arrebato. Iluminando las sombras son acciones y el invierno con primaveras. Seduciendo los instantes y soñando lo imposible. Con dedicación, empeño, obstinación y entusiasmo. Llevando la lógica al delirio y la lógica al engaño. Portando el orgullo de aquellos que lo intentaron. Con fe desmedida y sin medida razonable.

La pasión de crear desde cero. Los versos, mil poemas, la prosa, las historias, los cuentos y tus hazañas. Arder recitando verdades que nunca se dijeron y que ahora empiezan, como empieza lo bueno. Dejar volar las ganas y alcanzar el horizonte incluso antes de que aparezca. Sin dar tiempo a la duda. Luchando cada paso por un camino tan efímero como bello que nos lleva al mismísimo centro de todas las cosas…

 

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