No tengas nada. No tengas ojos, si no es para mirar al futuro. No tengas manos, si no es para sostener al enfermo, brazos si no es para abrazar a quien tiene frío, ni dedos, si no es para acariciar embelesado. Tu boca no es tuya, sino de quien la desea, tus hombros del que los dibuja, tus labios de quien los besan. Tu pelo es del viento, que lo despeina, tus pasos del presente y tus penas del recuerdo. Tus piernas son del camino, tus rodillas de tus ruegos y tu piel de la experiencia.

No tengas nada, y nada te tendrá demasiado. Pues tu mundo es nuestro, tus logros nuestro orgullo y tus ganas nuestro ejemplo. Tus fantasías nuestra esperanza, tu infinito nuestro límite y tu horizonte mi aventura. Tu actitud nuestra bandera y tu aliento nuestro emblema. Que tus hazañas serán mis versos, tus amigos mis héroes y tu familia nuestros dioses. No tengas nada que no sea tuyo, que lo tuyo es de todos desde ahora.

Tus letras son nuestra prosa, tus tropiezos nuestras excepciones y tu renacer nuestra ilusión. Ahora que marchas de mi reducto, que ya has terminado, amigo, no tengas mucho, que tus palabras son del silencio, tus miedos del pasado y tus verdades del presente. Ahora que te despido, no tengas imposiciones, que son heredadas, ni demasiado aprendizaje, si no es tuyo, ni destino, si no te enamora. No tengas reglas, si no crees en ellas, ni venganza, que no perdona. No tengas ansia, que todo llega, ni acciones sin locura. No tengas coraje, sin nobleza, ni intenciones, sin ternura.

Tienes a los demás, a nosotros, y todo lo que has dejado de tener, porque no lo necesitas. Pero no tengas decisiones, sin libertad. Ni tengas lugares para la injusticia, ni oportunidades sin igualdad. No tiendas manos, sin caridad, ni atenciones sin altruismo. No tengas apenas, que quien tiene no se tiene. No tengas nada excepto a ti, ya que has vuelto a ser tú. Me tendrás a mi, por siempre, agradecido, a tu alma, serena, respirando, y a tus sueños por cumplir, impacientes, esperando…

Un abrazo amigo.