Aceptación, Compromiso, Humanidad, Inteligencia

Abre los Ojos y Despídete…

Artículo publicado para la revista Nueva Ruta.

Abre los ojos y auto despídete. Hazlo para dejar de creer que dependes de un trabajo. Es mentira que necesites reconocimiento. Es insuficiente si lo haces por dinero. Es improbable que dure para siempre. Hazlo para darte cuenta que vales más que un salario, que el rendimiento es más que un horario y que los recelos esconden el mejor de los talentos. Auto despídete de pensar que la formación está por encima de la experiencia, de que la actitud no se aprende y que la habilidad es innata. Refrenda tu propio despido de los temores, de las dudas, de las sospechas y de no arriesgarse. Ya sea en una empresa o en tu negocio. Ya seas liberal o por cuenta ajena.

Despide la sensación de hacer siempre lo mismo. Ver pasar los años como si nada, lamentando el futuro hasta que terminas lamentando el pasado. Despide el odio, la envidia, las agendas ocultas y los rumores. La venganza, la vergüenza, la desmotivación y la tristeza. Di adiós al conservadurismo en un mundo donde todo es posible. Donde la vocación es un valor al alza y donde ser brillante es el punto de partida de una vida laboral cuanto menos serena.

Da la bienvenida a los que suman, a los optimistas y a los utópicos. Abraza al empleado apasionado, al líder entusiasmado y al cliente decidido. Tienta la suerte, atreverte y jugarte la existencia a elegir tus propias cartas. Supera los fracasos, acepta los errores, reinventa las maneras, insiste en las razones y busca los motivos. Estudia las causas, analiza las equivocaciones y aprovecha la experiencia. No admitas el primer no por respuesta. Persiste en tu resistencia. Con orgullo para pretender y con humildad para cambiar.

Sueña mil posibilidades, imagina lo imposible y haz que ocurra. Invierte en ti, en tu crecimiento personal, portando tus valores y llevando al límite a tu cuerpo. Descartando excusas, con el respeto por bandera y con fe en la divina justicia. Hazlo así, que los resultados llegan. Hazlo así, que la gloria alcanza. Hazlo hasta que no puedas hacerlo más. Hazlo todos los días. Aunque te digan que no debes, que no sabes, y que no puedes. Aunque te asuste la incertidumbre, el vértigo te colme y la desesperación te aferre. No dejes de remar en la peor de las tormentas.

Sella tu propia despedida. La despedida de la burocracia insulsa e innecesaria, de la humanidad distante y de la muerte en vida. La despedida de sentir que trabajar es una obligación, que la dignidad se pierde y que el mundo no te entiende. Creer que el tiempo es eterno, que el coraje es dañino y que el éxito es tan sólo haber existido. Firma la mejor de las despedidas amigo. De esos miedos que te atrapan en una existencia cautelosa y preocupada donde lo más probable, a pesar de todo, es que despiertes para terminar al fin viviendo…

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