La psicología médica me tilda de obsesivo compulsivo, decidido a cambiarlo todo, con trastorno delirante, convencido de nuestra posibilidad de hacerlo posible, con periodos de euforia desmedida, pero a veces depresivo, porque conozco los pozos más profundos. Soy enfermo de mis ideas, somatizando continuamente mi ilusión por la vida, esquizofrénico porque veo cosas que otros no ven y oigo voces que me empujan a seguir adelante. Ansiedad crónica por desear que así ocurra, con crisis agudas, recidivante y de mal pronóstico. Soy bipolar, tripolar, o lo que haga falta, porque no hay nada más genial que caminar entre estados de ánimos diferentes. Tengo fobia a los pesimistas, a los innobles y a los descreídos. Narcisista de nuestra raza, la humana, demente de mis sueños, paranoico de aquellos que no quieren dejar de habitar sus propias pesadillas. Adicto a respirar, a arriesgarme, a atreverme a vivir y a enamorarme cada día. Enganchado al buen comer, al buen beber, a bailar la amistad y expresar sentimientos. Con prescripción precisa de mi conciencia, un beso cada pocas horas, un abrazo al día, mil sonrisas a la semana y buenas intenciones para la existencia. Hiperactivo de acciones, amnésico de pensamientos, impulsivo con las emociones, desconectado de la realidad que no me trago, expansivo con quien se acerca, límite con quien me miente. Soy enfermo de mis pasiones, psicópata contra las etiquetas gratuitas, con desorden de la personalidad, un día sensato, otro día entusiasmado, al siguiente cuerdo, después enloquecido…
Ya está bien de clasificar a las personas. Ya está bien de hacer que la manada no acepte a aquellos que piensan diferente, a los que quieren cambiar las cosas, a los que aspiran a luchar por sus desafíos, por imposibles que parezcan. En el camino hacia ellos tendrás que hacer ciertos sacrificios. Tendrás que apartar a quien te juzga, dejar de escuchar a los que te piden que hagas cosas lógicas, pues en el fondo es el miedo lo que les mueve. A aquellos que no se crean puedas llegar, háblales cuando ya estés allí. Demuestra, con tu fe, con tus ganas, que lo que para la sociedad es algo complicado, para ti es un reto más que alcanzable.
No caigas en el conformismo de hacer lo que debes y haz aquello que quieres, porque si existe una realidad, amigo, es que, probablemente, la senda segura que te han recomendado que sigas quizás sea la más segura de las maneras de ser infeliz en ella, y no conozco a nadie que haya perseguido sus sueños que se arrepienta de haberlo hecho. Porque de locos es ver pasar los años con la sensación de estar perdiendo el tiempo, una vida en diferido que sabemos como termina, ese regusto amargo de las películas que no nos dicen nada, en vez de repetirte a ti mismo y a los demás que lo hiciste porque jamás sospechaste que era imposible…
Bendita locura! Yo, cuando estoy bien o mejor, hago mil locuras de esas que hacen ser rico en experiencias. Yo también quiero ser o estar loca porque siéndolo es cuando me siento viva.
Increíbles palabras!
Increíbles palabras!