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Votos útiles…

Es cada vez más y más probable que vote en las próximas elecciones. Eso que llaman el voto útil, pensé, mientras veía las noticias nacionales en la primera cadena. Pero al pasar a noticias internacionales tras la publicidad me jodieron las intenciones los mamones del telediario. Y es que no sé si se han percatado, pero los vecinos gabachos andan a tortas de unas semanas a esta parte por un pequeño asuntillo referente a las pensiones. Es bien sencillo. La cuestión es que al pequeño Sarkozy y a su gobierno les han dado por proponer bajo decreto ley la jubilación a los 62 años, dos años más de lo que hoy establece la ley francesa. Cágate lorito. Camiones hasta al bola de carburante volteados por piquetes en medio de la carretera, las gasolineras cerradas por falta del oro negro, las calles cortadas por huelguistas y las Universidades gritando justicia ante una crisis que ahoga siempre los mismos barrios. Hablamos de la novena huelga general en pocas  semanas, sin previo aviso y con manifestaciones continuas de gente cabreada pululando por las calles mazo en mano y el grito molesto en la boca. La situación, según los medios, es insostenible. La tensión va en aumento. Los sindicatos no muestran ni un ápice de debilidad, el pueblo los apoya y el gobierno ya no sabe como sofocar los calores. Y todo por subir a 62 la jubilación. Ya ven que minucia…
Por eso debo estar flipando o algo parecido. Porque después uno mira para nuestra querida España, esa España nuestra, y siente vergüenza por formar parte de un país que avisa con dos meses de antelación de huelgas que al final son mentira. Un país con unos políticos que cambian a su antojo la edad de jubilación, retrasándola hasta los 67, y porque más no se puede, por ahora. Vivimos en el país con más paro de Europa, donde más del 50% de los jóvenes titulados andan en sus casas comiéndose la cabeza. Un país con el peor Sistema Educativo posible, y aquí paz y después gloria. Y aquí nadie hace ni dice nada. Miles de funcionarios liberados por los sindicatos para tomar el café tranquilamente en la esquina, filosofando sobre lo bien que se vive en España, ya imaginan, el Sol, la comida y esas cosas. Con un salario mínimo que roza el umbral de la pobreza según la OMS. Un país que posee el índice mayor de escoltas de políticos del mundo, donde las subvenciones se consiguen si tienes a algún tio o un primo en la Administración. Un Senado que se limita a aprobar las leyes que salen del Parlamento, sin una discusión al respecto siquiera,  con el coste económico que supone sostener tanto mandatario de papel. Y así podría estar toda la noche, enumerando una tras otra las imbecilidades de una tierra que cada vez amo menos por culpa de unos cuantos. Pero al menos ya voy teniendo claro mi voto ante las próximas elecciones que están por llegar. Sin dudarlo ni un minuto, ningún voto más útil, Chiquilicuatre presidente. Porque si hay algo bueno en todo esto es que es imposible que la situación empeore. Solo puede mejorar, pase lo que pase, aunque salga Don Rodolfo al mando del cotarro. Me niego a dar mi voto a ningún otro que siga manteniendo esta farsa infumable y vergonzosa que no me hace la menor gracia. Al menos, si sale mi candidato, esto último ya no será un gran problema…

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