Soy capaz de entenderte. Pero si crees que eres pobre véndeme una parte de tu cuerpo. Si crees que no eres importante pregunta a tu familia. Si piensas que no eres simpático habla con tus amigos, y si notas que no eres genial cuéntame tu gran historia. Puedes ser humilde, pero no modesto. Puedes ser frágil, pero no débil, fuerte aunque sensible. No me digas que te vuelves si aún no has ido. No me convenzas de tus límites si aún te quedan ganas, ni de imposibles sin haber insistido. No me mientas con pereza, ni te hieras con tus culpas, ni te sometas por vergüenza. No pienses sin sentir, y no sientas sin hacerlo.

Eres rico de sensaciones, millonario de sentimientos y poderoso en experiencias. Tienes el presente, que es todo, un pasado del que aprender y un futuro al que enfrentarnos. Tienes el destino y una pluma para escribirlo, unas manos que la sostenga y noches enteras de nostalgia. Tienes mil ejemplos en los que inspirarte, un cielo estrellado en el que perderse y un sol que te dibuja suspiros con bellos atardeceres. Te queda el mar, aventuras que firmar y amores en cada puerto. Te quedan los silencios para inundarlo de gritos, una piel dispuesta para cicatrices y un corazón ávido de locura.

Escapa de excusas y temores, que los miedos se matan con cada gesto agradecido. Perdona para ser libre y disculpa al que, haciéndote daño, te hizo mejor persona. No te rindas a los días sin entusiasmo, que conformarse te desata del buen camino. Mima el espíritu con arte que embelese tus sentidos, que tu ser se alimenta de versos enamorados y de música exquisita.
No seas cobarde de tentaciones, que siempre te alcanzan. Lucha con voluntad, y el talento vendrá sólo. Que sólo vence aquel que pierde y termina aprendiendo. No te dejes nada, ni sangre, ni sudor, ni lágrimas, que se trata de dejarte el corazón en el intento.

Imagina que el mundo que sueñas sucede, que la bondad es bandera en un universo amable. Imagina que el mensaje de amor impera, que las fronteras acaban y que la tolerancia pasa a ser lema. Que el esfuerzo es cultura y estar serenos la normalidad de cada día. Que con coraje construyamos los años y con confianza toda una vida.

Y ahora dime iluso. Dime que no te arde por dentro el ansia de cambiar la mala expectativa. De dar la vuelta a las cosas y demostrar que una simple posibilidad es suficiente, y que no hay desafío más grande. Prefiero que me digas que te atreves, que vienes conmigo a la guerra más difícil, la de las almas bebidas en coraje que no aceptaron un no por respuesta ante una pregunta a veces cruel, tan cruel como obvia su explicación, pues no se trata de ser capaces, ni mucho menos, sino quizás simplemente de estar dispuestos a empezar a serlo…