La genialidad es una actitud que se elige, no la vendas con excusas. Es un mundo que se inventa, no lo contamines con tus dudas. Es una sensación que se hace intensa, no la mates con cordura. No la ensucies con razones que emociones no la sostengan. Es una tentación que aparece para que la vivas, mas requiere que te desvivas por ella. Es la esencia de los genios, la oportunidad de tu existencia, que nada ni nadie te detenga. Es el fin de cualquier héroe, es preciso que la sientas.

Ser genial es ser generoso, agradecer hasta el infinito y romper los imposibles. Es hacer lo que no se hizo, superar las creencias, los temores y los miedos. Es esquivar lo que se espera, la tristeza en el dolor y compadecerse en la derrota. Es dar un paso más, exprimir las horas y ser creativo. Es humildad, pero no modestia, sencillez compleja, orgullo sin vanidad. Es desear sin necesitar, amar sin exigir y ganar aún perdiendo. Es estar por encima incluso de ti, de lo que piensas, de las circunstancias, de las apariencias y de la justicia. Es decisión continua, adaptación perpetua, aceptación eterna.

La genialidad está en los gestos, no en la obra. Vive en las miradas, en los besos, en la forma. Habita en el perdón, en la sonrisa y en las segundas oportunidades. En las caricias, en la locura y en el presente. La encuentras en el esfuerzo, en las palabras y en los sueños. En la ternura, el cariño y en el silencio.

Se es genial cuando se ama, cuando resistes y cuando permaneces. Al ser y estar, al jugar, dedicar, aspirar y querer. Al dejar de lamentar, caminar muy lejos, al volver. Cuando saltas, dispones, despiertas y empiezas. Cuando haces por mejorar el universo, a los que te conocen y a los que no. Cuando comienzas con tus retos, los proteges y los alimentas. Cuando pretendes, insistes y continuas. Es genial quien aspira a serlo, porque inspira, intuye y transmite. Porque intentas, luchas con todas tus fuerzas, lo mereces, y así, amigo, seguro que lo consigues…