Aceptación, Compromiso, Humanidad, Inteligencia

Sabes que lo sé…

Sé que mi tiempo es finito, que mi vida es efímera y que mi presencia no es eterna. Sólo es libre aquel que conoce sus límites y los traspasa, sus miedos y los supera, sus caídas y se levanta. Sólo es libre aquella persona que no depende de su pasado, que se agarra al presente y que decide sus acciones. Aquel que ama tras haber sido herido, que abraza a su enemigo y que sueña su propio futuro. Sólo hay serenidad en el camino que se elige, no en la senda segura que te viene marcada. Sólo hay felicidad en el esfuerzo que termina dando sus frutos, en la lucha constante del guerrero, en la paz de quien se sabe sincero con uno mismo.

Sé que apenas tengo demasiado. Que las cosas que creo poseer en realidad me poseen a mi. Que nos vamos desnudos, como vinimos, y que nadie se queda para siempre. Sé que mi cuerpo es una piel que está para desgastarla, que mis ojos están para que mi existencia me ciegue, que mis labios son perfectos cuando besan y que mis manos es todo lo que tengo. Sé que la lógica pierde con la belleza, la razón con las emociones y el talento con la voluntad. Sé que mi patria es mi infancia, que las banderas son mentira y que mi tierra no es sólo mía. Conozco el amor, enamorarme hasta del instante, andar sin ver y volar sin saberme con alas todavía.

Sé que la obra que dejas jamás muere, que mis letras no vendrán conmigo, pero que será la manera de quedarme en este mundo. Sé que el dolor puede ser aprendizaje y que el sufrimiento está prohibido. Que la fe mueve montañas y que ser amable te lleva al infinito. Que sonreír es la mejor medicina y que quien regala sonrisas se merece el universo. Sé que perdonar te hace libre, que la guerra no está fuera y que la mayor batalla ocurre dentro de nosotros.

Ahora sé que cuidarte es cuidarme, que las excusas son mentira y que mi entusiasmo es mi tesoro. Ahora sé que los días son distintos, que cada segundo es genial porque respiras, y que ser agradecido es de justicia. Que tu Dios eres tú, porque eliges tu existencia. Que el único pecado es negarse a hacer lo que sientas. Que no hay culpas en la buena intención, y que hay honor en las dignas actitudes. Sé que nada está dicho, que tu momento es ahora y que nadie puede quitártelo. Ahora sabes que sé lo que, en realidad, siempre has sabido y nunca has dicho…

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