Un recuerdo puede ser negativo o positivo, pero la manera en la que decidas utilizarlo para que sea útil en el presente depende únicamente de ti. Mucha gente sufre por situaciones del pasado, resistiéndose a entender que cualquier suceso de otro tiempo formó nuestro carácter, nuestra forma de entender la vida y manejarnos en el mundo. Por supuesto que algo puede hacernos daño, pero no concibo que ese algo termine por anular nuestra personalidad y predestinar a sentirnos en un duelo constante en el que siempre salimos derrotados. No le podrás vencer al pasado a menos que logres aprender de él, valerte de tu experiencia y decir basta a la expectativa. Pues se espera de ti que sigas ahí abajo, bloqueado en el pozo de la quietud y el silencio, no demasiado. Pero para eso vengo a escribirte, pues he conocido almas que se hartaron de esperar trenes que nunca llegaron, y se echaron a la via a recorrer lugares lejanos y disfrutar buenas compañías. Quizás por eso nunca me terminó de gustar la palabra esperanza, pues suena a esperar, y nunca fui amigo de la paciencia cuando de mi vida se trata. Huye hacia delante, que será caminar hacia uno mismo, más de lo que jamás hubieras imaginado.
Olvidar es imposible, pero perdonar es obligatorio. Si no perdonas a aquellos que un día te hicieron daño, siempre serás esclavo de ellos, pues tu emoción se embotará cuando su simple recuerdo asome a tu conciencia. Ya no os digo si se cruza de nuevo en tu camino. Por eso perdonar es la gran destreza, ese arte magnífico, pues consiste en romper con lo que se espera, gritar a la rutina que tu decisión es tuya y nadie le gana a tus actitudes. Perdonar es vivir de nuevo y aprender de todo. El gesto más inteligente y menos humano, pero que al mismo tiempo nos humaniza. Es ganarle la partido al instinto y darnos mil oportunidades. Porque cuando no lo haces eres sólo consecuencia del pasado, y yo te pido que seas libre en el presente y el mejor escultor de tu futuro.
Perdonar es amar desde lo más profundo, volver a creer que otro mundo es posible y que tu libertad es digna de un gran guerrero que jamás abandona su bandera, que son sus valores, que son mi orgullo…
Y parece que estamos todos implicados,nos guste sí o sí,esa es la realidad