No aprende quien no se equivoca. No aspires a acertar ni a vivir sin riesgo eternamente, pues no será vida lo que respiras. No temas caer ni tocar fondos, pues sólo aquel que vuelve del infierno es verdaderamente libre. No desistas aún en la derrota constante y el aroma de la victoria será más intenso. Esquiva los miedos, los imposibles y las vergüenzas. Destierra las medias verdades, las dudas y los vaivenes del alma. Tus sonrisas las eliges, tus acciones las decides. Tu honor es tuyo y nadie te lo arrebata.

Abraza lo humano, alzarse golpeado para hacer creer en los milagros que suceden, motivar ilusiones en los que te aman, colorear existencias que un día fueron grises. No admitas el futuro ni el pasado, grita un presente que solo existe cuando lo tientas. No limites tus opciones, tu idilio constante con tus sueños, tus locuras indomables, tu destino increíble, tus horizontes inabarcables. Jura en silencio sin dejar de seguir la marcha, lucha el pulso a la expectativa que no se cumple, al humor que nunca te abandona, al dolor que te curte. No se muere cuando se crea, cuando pintas mundos inesperados, cuando imaginas universos amables.

No dejes de seguir caminando amigo. Seguiré tus pasos, vigilante. Te dedicaré noches en vela, días en mis pensamientos, horas buscándote, semanas agarrándote, años recordando. Prometo todo sin dejarme nada, alientos cuando ya no queden y seguir intentando levantarte. Mas protegeré tu orgullo, y tú serás el mío…