Aceptación, Compromiso, Humanidad, Inteligencia

Para Vosotros Compañeros…

Me encantas cuando entras en el despacho y sonríes a pesar de todo, del mal día que llevas o del mensaje que no esperabas. Me encanta cuando escuchas en silencio y eliges las palabras, cuando susurras una vida en verso y caminas en el alambre de lo humano. Me gustas cuando acompañas las miradas y abrazas los imposibles, cuando eliges ser apasionado, sincero pero arriesgado. Me gustas cuando abrazas con ganas, al besar la vida con tus gestos y perdonar el pasado con tu presencia. Me encandila tu humildad de no saber demasiado, de honrar tus palabras con tu actitud y de apostar por el futuro de los valientes.

Me hechiza tu invención continua para que otros sobrevivan, hacer arte cada día por la simple posibilidad de que ayude, la búsqueda de razones que motiven el destino. Me embarga tu dedicación, la soledad de tus instantes pensando en las personas, la sensibilidad de tu alma y la certeza de tus valores. Me hipnotiza la serenidad de tus éxitos y el aprendizaje de tus fracasos, la virtud de no lamentarte y la intención constante de mejorarlo. Me atraen tus formas naturales, tu orgullo cuando marchan, tu ternura cuando empiezan y el amor por tus samuráis invencibles.

Me pierdo en ti cuando haces que se encuentren y me muero contigo al conseguir que nazcan de nuevo. Me derrito cuando quemas y me rindo al enfrentar las guerras. Me atrevo con el universo cuando convences y te echo de menos cuando faltas. Contigo los miedos se esconden, el talento te invita y tu victoria es eterna. Contigo se siente y no se piensa, se dice a la vez que se hace, se decide y se juega. Contigo se sonríe, da igual la circunstancia, se acepta, pero no se aguanta, se intenta y se insiste.

Tu pose torera, tu obra artista, tu vocación artesana, tu fe divina y tu dedicación espartana. Las noches en vela imaginando maneras de salvarlos. Las lágrimas de los que terminan y el reconocimiento de los que agradecen. La sonrisa de los niños y los proyectos de las parejas. La amistad con los que acabaron y el recuerdo de los que se fueron. Los libros leídos y los textos estudiados. Las charlas, los congresos, los años de facultad y los finales de curso. Por todo eso, mucho más, me encantas cuando eres persona que se viste cada mañana de psicólogo o de psicóloga y decides trabajar para levantar el mundo. Por eso os merecéis hoy este escrito compañeros…

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