Aceptación, Compromiso, Humanidad, Inteligencia

Mi Pecado Favorito…

No te creo en tus pecados. No te creo cuando pones excusas y desistes de tus sueños. Cuando abandonas la lucha diaria por pereza antes que decidir tu propio destino con entusiasmo. No te creo cuando no aprendes de tus errores ni cuando te niegas a alzarte contra la injusticia. No esperes que te crea si me dices que no puedes, que no sabes, que no quieres o que sientes que es imposible. No voy a creer en quien no arriesga, en el que no se atreve y en el que no elige su presente.

No voy a darte las respuestas a las preguntas que tú debes hacerte. Eres tú quien tienes que observarte, el que tiene que reinventarse y el que merece hacerlo pronto. No caigas en el mal orgullo de pensar que conformarse es la mejor manera de existir, ni que alguien vendrá a rescatarte excepto tú. No dejes de ir hasta el final de todas las cosas, por más camino que tengas que andar ni cielos que ver en tu búsqueda. Ni pretendas que sea fácil, pues lo sencillo no tiene tanta gracia.

Nada está escrito. Tu libertad no es un regalo, sino una obligación de ejercerla. Tus complejos son oportunidades de superarlos. Tu vergüenza un desafío de derribarla. Tu fe un arma invencible y el coraje un escudo ante los miedos. Que no te quiten las ganas de ganarte el mundo. Que la rabia se consuma en gestos apasionados y que la venganza se convierta en besos regados con abrazos. Que las líneas de lo esperable se tuerzan y el descaro se apodere de tu forma de hacer rutina. Que el universo se contagie de tu locura y perdone sus males con guiños al prójimo. Que la humildad sea bandera de aquellos caballeros sin modestia que vencen sus propios temores con acciones, su tibieza con conductas y el olvido con compromiso.

Y que vengan los descreídos. Y que suenen los clarines de guerra contra la desidia. Y que se terminen las dudas de ir a por lo que siempre quisimos. Y que nuestra alma sea una, tejida con las manos de aquellos que aún tienen esperanza, con la sangre de los que no pudieron, con el carácter de los que no supieron y por la memoria de los que marcharon. Y que venga Dios a juzgar si nuestra actitud no es humana. Y que vengan los fantasmas del pasado a tentar nuestro genio. Y que vengan los débiles de espíritu a decirnos que estamos locos, que somos excéntricos o desquiciados.

Que hablen nuestros actos. Que ser cuerdo sea un desliz. Que la costumbre esté prohibida sin sentido y que lo que parece el final sea tan sólo el principio. Que levantarse sea la razón y sonreír el motivo. Que la tentación no abandone el cuerpo, que amar suene a ser feliz y que vivir sea nuestro pecado favorito…

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