Dicen que vivimos la peor época de la historia. Las expectativas son malas, los augurios peores. Los temores se ensalzan y los miedos florecen. Ser conservador es un valor y arriesgar enemigo de la lógica. Saltar al vacío es una locura y aguantar el chaparrón la mayor cordura. Poner excusas está de moda, y creértelas se hace entendible.

Sólo que no contaban con los dispuestos a asaltar el mundo. Las nobles almas de quienes dicen que no a la expectativa, los que desconfían de la razón y se agarran a la emoción, los amantes de lo imposible y los locos que se arriesgan. No saben que los héroes se forjan en las brasas, que los miedos se enfrentan y los temores se arrasan. No esperaban la legión de corazones dispuestos a superarse, a desgarrar expectativas y ponerse la vida por montera. No creyeron que fuera posible que de la nada crecieran las ganas de grandeza, de romper con lo establecido y ganarnos el privilegio de ser humanos. No imaginaban que surgiría el arte, la inspiración, la creatividad de los que negamos a quienes nos niegan. La pasión de elegir aquello que amamos, la herencia que dejaremos a los que vengan, el mensaje eterno de valores que aún no son caducos, honestidad, humildad, sacrificio, pues sabemos que el esfuerzo le gana al talento cuando éste no se esfuerza demasiado.

Un buen tiempo, sin duda, para quienes han decidido ser ellos mismos, dar la vuelta a todo, que su obra permanezca más allá de los tiempos y sirva a los que aún no creen en ella. Transmitir la idea inmortal de que el futuro no se piensa, se dibuja, que el presente es el único momento para empezar y que el pasado es una oportunidad para perdonar los errores. Podemos ser geniales, trascendentes, errantes en un universo en que el acierto se provoca.

El instante perfecto para medirnos con los antiguos, demostrar nuestra fuerza a los que nos juzgan inferiores, mejorar el planeta que habitamos, motivar los sueños de aquellos valientes que no se creen su suerte. El momento justo para estar bien juntos, aspirantes, miembros de una generación que dicen maldita, que vuelve de su letargo para arreglar, de una vez por todas, una época que convertiremos, no me cabe duda, en la mejor de las historias, que será la nuestra…