Aceptación, Compromiso, Humanidad, Inteligencia

La Inteligencia que Viene…

La mejor parte de una ciencia como la Psicología es que, de a poco, se van superando teorías que quedan en el olvido por verse completadas con nuevos experimentos que evidencian que una hipótesis previa no se viene cumpliendo. Sin embargo, hay teorías que calan en el inconsciente de la sociedad y permanecen latentes y resistentes al cambio. Así ocurre con el mal llamado cociente de inteligencia, un número extraído de una batería de tests que pasan a un sujeto y que marcan la etiqueta del mismo, a saber, retraso mental y superdotado como límites inferiores y superiores, y toda una pléyade de opciones en medio.

Sin embargo, hoy día, y gracias a la experimentación al respecto, ya se habla de Inteligencia Emocional como un concepto alejado de saber únicamente rellenar una bateria de tests en vacío, y que tiene que ver con saber desenvolverse en ciertos entornos sociales, saber adaptarse a una realidad y unas circunstancias. Es entender que si eres flexible y te adaptas, por ejemplo, a un nuevo grupo de trabajo, intentando sumar desde el principio, estás siendo realmente mucho más» inteligente» que aquel que tiene un CI=180 pero le cuesta relacionarse y eso le impide disfrutar de la situación.

Fijaros el daño que puede hacer el CI en esos casos, pues el que tiene un alto valor puede terminar creyéndose que ahí acaba su «demostración» mental, y el que lo tiene bajito creer que es imposible mejorar al otro. Se daría entonces el llamado Efecto Pigmalión o el efecto de la Profecía Autocumplida.

Respecto a eso, hay un experimento muy famoso que consistió en hacer un test de inteligencia a una clase con 30 personas, a los que se les dio un resultado, había 15 personas con una media alta en puntuación y 15 con baja. Tras el primer trimestre, las personas con puntuación alta en CI sacaron mejores calificaciones y mejor rendimiento que las otras 15 con bajo CI. Sin embargo, la realidad era que las puntuaciones en CI estaban alteradas, ya que los 15 con mejor puntuación en el test de inteligencia no eran realmente ellos, sino los otros 15, y viceversa. Es decir, se les hizo creer a los 15 con más baja puntuación que eran más listos que los otros 15, a los que se les dijo que eran los 15 peores. Las calificaciones dejaban ver que habían sacado mejores notas aquellos a los que se les había hecho creer mejores, a pesar que no lo eran, y peores aquellos que en realidad no se les dijo que tenían más CI. Se daba entonces el Efecto Pigmalión.

Se acaba pues la era de pensar que inteligencia es saber rellenar unos papeles simplemente. Inteligencia es entender que puedes aprender del entorno, capacidad de adaptación, humanidad, agradecimiento, ser persona, asertivo, humilde, aceptar las diferencias y a los diferentes y sacar lo mejor de si mismo. La inteligencia que viene y a la que todos podemos aspirar…

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