La batalla es hoy. Los lanceros de la honradez están dispuestos, al igual que los guerreros de lo digno. En primera línea los humildes, bebidos en coraje contra el egoísmo y la avaricia. En segunda los caballeros de lo humano, ardiendo en pasión contra los miedos. Nos flanquean la infantería del honor, dispuestos a dejar su vida por el buen futuro, los artilleros de la valentía, decididos a transmitir el mensaje. Mil banderas con nuestros lemas, una legión de almas que nos siguen, los poetas de pluma despiadada, los creativos, los ascetas. Apoyo aéreo divino, vigilando la suerte de nuestro destino. Combatientes preparados con su mejor arma, la sonrisa, el secreto de nuestra segura victoria.
No habrá guerra que se nos resista, a los sencillos, a los honestos, a aquellos que empuñamos la antorcha del cariño. A nosotros, hermanos, rendidos ante la mera posibilidad de estar de verdad vivos, sin pasar y no hacer ruido. A los ángeles de la justicia, a los locos que caemos en la tentación y a los que se olvidan de las culpas. A los responsables, íntegros y especiales. A los amantes de los motivos y enemigos de las excusas. A los geniales que aprenden y se levantan de las derrotas, a los dueños de sus actos y sus sueños.
Destruiremos la ira con ternura, la pereza con acción y las penas con confianza. Mataremos la cordura con riesgo, la vanidad con gestos y la desesperación con compañía. No habrá mundo irresistible, ni ejemplo que nos supere, dejando de ser invisibles, jurando por nuestra muerte. Seremos espirituales, ahogando la dejadez en compromiso, convirtiendo la emoción en razonable. Ahuyentando los temores, la traición y el recelo. Amando cada paso, recitando cada verso, sintiendo cada piedra del camino.
Y así existiremos como ejército, sin dejar de avanzar, ayudando al desvalido, alimentando la esperanza, entusiasmados, arrebatados, por nuestro ímpetu poseídos. Sin treguas al hastío y al cansancio, peleando hasta el infinito. Porque ahora somos nosotros quienes damos órdenes a nuestra conciencia, y elegimos indultar a quienes creímos. Amigo, amiga, ahora es la guerra, la única posible, la mortal, la increíble, la mejor oportunidad, esa que hoy ganamos, y ayer perdimos…