Aceptación, Compromiso, Humanidad, Inteligencia

Héroes Viven Para Siempre…

Se acabarán las letras de mis manos, las palabras de mis labios y las miradas de mis ojos. Se apagarán mis madrugadas encendidas de pasión, mi locura desmedida y mis pasos descuidados. Se irá mi aroma, mi abrazo al prójimo y mi esperanza en el ser humano. Cuando me vaya marcharán los momentos, mis deseos y mis temores. Partirán los miedos, las culpas y mis aciertos. Desaparecerán los errores, las disculpas y los agradecimientos. Quedará el silencio y mi obra, si acaso el recuerdo cada vez más tenue de los que me conocieron.

Pretendo dejar en herencia las sensaciones, las sonrisas y los perdones. Quiero regalar mis versos, mil historias y un millón de ejemplos. Aspiro a que alguien guarde mis suspiros, las veces que me enamoré, mi fe en la amistad y el cariño hacia los míos. Intento que permanezcan mis valores, la firme creencia de que un mundo mejor es posible y la ilusión de que ocurra. Dejaré mis buenas intenciones, el mensaje de que cualquiera puede cambiar y de que el esfuerzo es la manera. Se irán los instantes pero quedarán los que vengan. Se irán las miradas pero vendrán otros ojos, mi pasión pero no la de muchos, mi locura pero no el legado. Mis palabras pero no los poetas, mis pasos pero no mis huellas, mis sabores pero no quedará el vacío.

Marcharé dispuesto a descubrir lo que me espera, decidido a aceptar lo que sea, con una sonrisa en la cara y el puño cerrado. Me iré feliz de haber vivido, sereno de haber luchado y tranquilo de haber sentido. Me iré lleno de experiencias, con la conciencia sosegada y el cuerpo gastado. Dando gracias al destino por una travesía difícil donde la superación fuera un desafío constante, donde la lógica sucumbe a la emoción y el sentido común fenece ante los sueños que se agarran fuerte.

Me iré con mis antepasados, a abrazarlos por fin, a aquellos que partieron y que echo de menos. A mis abuelos, a mi perro, a esos seres increíbles que conocí, amigos, pacientes, genios de lo humano, desconocidos, altruistas, navegantes, aventureros, soñadores, creadores y bohemios. Los imagino allí esperando, satisfechos, vigilando cada párrafo de mis escritos, orgullosos de sí mismos por haber dejado a su vez la herencia más bella, la fuerza sobrenatural que hoy me hace escribir cada día, la que me hace avanzar para convencer, para ayudar, para hacer creer. Quizás el mejor legado posible de los que ya se fueron, el sentido perfecto a sus propias existencias, eso quiero pensar, reflejado en todas y cada una de mis letras, espejo humilde de todos esos héroes geniales que no terminarán jamás de morir en la vida…

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