Aceptación, Compromiso, Humanidad, Inteligencia

Hacer hasta Sentir…

Muchas personas buscan la motivación suficiente para actuar en la vida, cuando es justo lo contrario, y hoy vengo a explicarme, aún a riesgo de equivocarme, esa gran afición de los que terminan acertando.

Esperamos la emoción para poner en marcha la conducta, sentir para hacer y pensar para decir. No han dicho que eso es ser auténticos, coherentes con nuestra conciencia, sensatos y capaces. Nos han vendido la elegante idea de ser seres pasivos a lo que nos rodea, que mereces lo que tienes y que de las brasas nadie se escapa. Nos hemos creído fielmente que las heridas nunca cicatrizan, que algo que alguna vez sucedió debe mutilarnos eternamente. Entendemos que dependemos demasiado, y eso determina y limita nuestro rango de acciones. Nada de eso, ni mucho menos.

El destino no está escrito, a menos que decidas hacerlo por ti mismo. Cuando tienes un camino ante ti, tú y sólo tú das el primer paso, también puedes decidir no hacerlo. Nadie te va a acusar en ambos casos, excepto tú, y nadie puede ser más cruel, puedo asegurarlo. Si no das el primer paso estás perdido, si lo das ya estás ganando, aunque sólo sea por el hecho de rebelarte contra lo que se espera de ti, y esa es la mejor batalla que podrías ganar. Cuando estás mal, no ves salidas, el frío empaña tus ganas y el presente una evitación continua, lo esperable sería que te olvidaras de darte oportunidades, que cerraras los ojos y te despidieras del mundo. El sentido común aprobaría las pastillas como forma de escaparse, adormecer los sentidos y cerrar la puerta de tu habitación a todo, a lo bueno y a lo malo. No te culpo, estuve en ese pozo…

Pero por eso vengo a decirte amigo, amiga, que el terror y el miedo desaparece si los miras a los ojos, si decides abrazarte, entenderte, aceptarte, y, bebido en coraje, sales al camino dispuesto a andar todo lo andable, aunque la realidad sea que no sabes si sabrás dar siquiera tres pasos. Haz creer a los demás de que vas a terminarlo, busca la sonrisa cómplice y orgullosa de los que rezaron para que empieces. Motívalos para motivarte y ya lo estarás haciendo. La sensación es magnífica, y no puedes permitirte, a estas alturas, privarte de ella. Deja todas las excusas a un lado, toma las riendas y cabalga de verdad la vida. El universo necesita de ejemplos de personas que no se rindan en las peores circunstancias, y tú tienes, con mucho, la capacidad suficiente para poder hacerlo, pero no esperes a creerlo para empezar a descubrirlo. Y, si dudas del camino, haz caso a las huellas de mis pasos, pues yo también anduve perdido y me terminé encontrando…

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