Aceptación, Compromiso

Cambiar Las Reglas…

Puedes creerte lo que quieras. Puedes pensar que vivimos en la sociedad del caos, que ya es demasiado tarde y que hay poco que hacer. Puede elegir dejarte llevar por el pesimismo, pasar los días y los años con la sensación de no haber podido hacer mucho más por salvar nada. Si así lo decides, encontrarás motivos de sobra. El mundo tiene cientos de razones para confirmar los malos presagios de aquellos que se han negado a mirar más allá. La lógica estará de tu lado, es posible, y un día morirás encantado de haberte conocido, pero no habrás formado parte de algo fascinante,y posiblemente te termines arrepintiendo.

Pero intuyo, amigo, que si acudes a mis letras es porque algo te arde por dentro. Y si es así es que percibes la oportunidad que se nos brinda cuando tenemos delante un gran obstáculo. No sé si es el destino, un Dios o la misma naturaleza, pero la realidad es que se nos presenta un desafío, quizás el más difícil de nuestras vidas, que consistirá en hacer creer a los que nos rodean que la lógica jamás da la felicidad, que la emoción supera a la razón en todos los campos, y que debemos practicarla. Así lo sentimos nosotros, y ahora nos toca hacer que otros también lo experimenten. Y da igual las limitaciones que tengas, pues el esfuerzo le gana al talento la mayoría de las veces. No importa si aún no te ves con la habilidad, la práctica hará tu perfección. Puedes estar seguro.

La recompensa es increíble. Imagina que alguien rompe sus muros gracias a tu afecto, que tu ejemplo sirva para que alguna alma se salve de su infierno cotidiano. No hay mejor premio que observar una persona que aprecias caminando porque lo ayudaste a andar en sus primeros pasos. La serenidad no se vende ni se paga, se adquiere con cada centímetro de terreno que le ganas a lo esperable. Permanece imprevisible, incluso ante ti, amando cada brizna de aire, saboreando el presente, y habrá siempre alguien dispuesto a imitar tu fórmula de vida.

Así que deja tus creencias a un lado, construye tus propios valores, experienciando, sin prejuicios ni banderas. No pongas barreras al campo y vive, pues lo peor que puede pasar es nada. Equivócate de acción, de exponerte, de arriesgarte, pues la actitud es, quizás, lo único realmente tuyo que tienes. No poseas, excepto tus palabras y tus actos. No intentes saltar. Simplemente salta. Navega tus sueños con locura, con pasión, y habitarás la mayor aventura de tu existencia, que es una, y no más, y estoy esperando a que decidas comenzarla, tú además de quienes están deseando sumar motivos que los inspiren a cambiar las reglas del bendito universo que habitamos…

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