Ven conmigo a quitar la razón a quienes han dejado de creer en nuestra generación. Vamos a romper las expectativas de los que se desgañitan recordando que tenemos límites imposibles de sobrepasar. Unamos nuestras fuerzas y venzamos a la pereza, a las vergüenzas y a los miedos. Nos queda una gran oportunidad por delante, la de aquellos que no tienen nada que perder y todo por ganar. Olvida las excusas, los reproches y la venganza. Reinventemos el mundo con orgullo y esperanza, con el valor de los héroes que ahora pretendemos ser, que en el futuro seremos recordados. Vivimos una época que dicen difícil, pero se equivocan, es la mejor de todas, pues nunca se habló de hazañas que no costaran esfuerzo. Desafiemos al destino, a los incrédulos y a los hastiados. Levantemos a los que se han rendido, a los sumisos y a los desesperados. Plantemos batalla final a los temores, a las dudas y a los recelos. Arriesgaremos la vida, pero ganaremos instantes. Provocaremos los dioses, pero viviremos mil momentos.

Con las armas que tengamos, nuestro arrojo, la sonrisa ante las penas, los puños frente a los problemas, la sinceridad, la confianza, la destreza. Porque entendemos que la existencia es tan sólo un entrenamiento, que la humanidad precisa de ejemplos, que la gloria no se nos escapa y que vinimos para quedarnos. Porque queremos cambiar el universo concebido, llegar aún más lejos y destrozar las leyes de la lógica. Sin dejar de avanzar, sin detener nuestro paso, avanzaremos, por encima de los pesimistas, de los malditos, de aquellos que restan y de los que sospechan.

No hay mejor proyecto que salvarnos, tomar el pulso al presente y construirnos el futuro. Los que emprenden, los que mejoran, los que se valoran y los que insisten. Los sencillos, los que animan, los que ayudan y los que inspiran. Caben todos en este nuevo propósito. Es mi deseo que así ocurra. Perdonamos a los realistas que se arrepienten, a los cobardes que aspiran a ser valientes, a los heridos que buscan cicatrizar su alma. Indultamos a los que enjuician, a los lastimados que se esconden, a los golpeados que disimulan. Creemos en segundas, terceras y doscientas oportunidades, en empezar de cero y aprender de todo.

Pelearemos sin tregua, con la suerte de los que la buscan, con la fe de quienes la sienten. Agarraremos la vida con amor, pero con coraje, con la intuición por bandera y la emoción como lema. Caminaremos con locura, gritando pasión con cada paso, jurando intención y la más bella de las actitudes. Arderemos en entusiasmo, en delirio por cada logro, soñando con arrebato. Inventando lo que somos, imaginando lo que aspiramos, dibujando nuestro paraíso. Y así sucederá, amigo, que empezaremos a alcanzarlo, mas lucha, lucha, lucha sin descanso…