Tenían que verlo, tan digno, envuelto en una manta gruesa de pelillos, desafiando al frío y a las miradas de anónimos transeúntes dirigiéndose a sus lugares de trabajo. Vestía chaleco deshilachado para resguardar su cuerpecito débil de la escarcha matutina. Hambriento de verdades y justicia, veía amanecer un día más en su cruel vida con el estómago vacío y el corazón solitario. Muy de vez en cuando alguna de esas sombras que le rozaban la pelambrera se agachaba a contemplarle en el despropósito y él, recio, aguantaba miradas sin miedo a perder vergüenzas ni humildades. Jamás exigió nada, no conoció más bocado que el amargo, pero no dudó un segundo, nunca, en devolver a su amo todo el cariño y la lealtad que un día quiso ver en los ojos de un hombre golpeado por el devenir ambiguo de éste precipicio sin fondo que viene siendo la existencia. Y todo, aprendan del chucho, sin pedir ni una triste galleta a cambio…
6 thoughts on “Todo por nada…”
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vaya giro de relato!!!! me ha encantado.ana
¿porque siento un escalofrio cada vez que te leo? me parecen muy bueno lo que escribes y como lo escribes, ese estilo tan especial que jamas vi antes. marina.
pensaba que hablabas del hombre!!!!!! que bonito. no dejes de escribir amigo
Precioso el relato de hoy kike, nos has engañado a todos/as, hablabas del perro, que bueno y qué verdad!Algún día, cuando te estabilices un poco más, tienes que venir a mi asociación y adoptar a uno de ellos, no te arrepentirás porque será fiel a ti durante toda su vida, seguro!
María Vázquez
ya sabes que mi perro tendria que ser totalmente autosuficiente para poder convivir conmigo. jejeje. algun dia…
Seguro que será el perro más digno de la creación.y aprenderá como tu lo haces a ser autosuficiente.Me ha encantado tu relato.un besazo.