Si consigues evitar pensar en un oso polar llámame y te regalo todo mi patrimonio, que no es mucho. Muchos pacientes vienen a terapia convencidos de querer eliminar de su cabeza pensamientos o recuerdos negativos, por la emoción indeseable que genera. Todos hemos sufrido en propias carnes sucesos que nos han marcado en cierta manera, más allá de puntuar si los de alguien en concreto son más graves que los de otra persona. La realidad es que no es la gravedad del suceso lo que nos afecta en sí misma, sino la interpretación que hacemos de dicho suceso, y eso está en función del momento, del espacio, de los recursos y las fuerzas que tengamos para afrontarlo en ese preciso instante.

No puedes elegir pensar en positivo todo el tiempo, porque sabemos que si intentas evitar pensar en algo, al final ese algo vuelve a tu cabeza aún con más fuerza si cabe. Lo mismo ocurre con los sentimientos. No es posible elegir confiar en alguien, no se puede elegir querer ni que te guste una persona, ni tampoco se elige el rencor y el dolor que genera, tampoco la ira que a veces se siente, ni siquiera el amor se elige…

Nos queda entonces sólo una posibilidad de controlar nuestra vida, y es en base a la única forma de elección posible, a corto, medio y largo plazo, la CONDUCTA. Sólo podemos escoger la forma en la que expresamos, las palabras que utilizamos, los gestos, nuestros aspavientos, nuestras maneras. Sólo elegimos, siendo mucho, nuestro comportamiento. Si lo hacemos, estamos sembrando emociones positivas, ya que es muy probable que te encuentres mejor contigo mismo si ante un ataque respondes con amor, aunque las primeras veces engañes a tus verdaderas intenciones oscuras. Si eliges tu respuesta estás eligiendo ser libre, no dependiente del suceso anterior que has presenciado, que has sufrido o que te han contado. Estás escogiendo entonces hacer y decir, y eso va a modelar lo que sientes y posteriormente lo que piensas.

Y entonces podremos convivir con nuestros propios osos polares, porque en realidad forman parte de nosotros, y lo mejor es aceptarlo y llegar a amarlo, y sólo así ser perfectamente nosotros..