Aceptación, Compromiso, Humanidad, Inteligencia

Mira mi Guerra…

Aguarda. Te diré cómo es la peor de mis batallas. Estás equivocado si piensas que no tengo miedos. Mi conciencia también me maltrata, y mi pereza inunda en ocasiones mi día. Estás equivocado si crees que hago las cosas sin esfuerzo, sin dudas y siempre convencido. Yo sé lo que es la ansiedad, temblar atemorizado por la sensación de casi estar muerto. Conozco los pozos de la depresión, permanecer inmóvil en una cama mirando al techo sin ganas de suspirar siquiera. No hace falta que nadie me explique a qué sabe estar sólo. Ni que me cuenten qué se siente al despedirte de alguien al que amas. He visitado mil veces el fango de la derrota, y me he perdido en excusas durante años.

No sabes lo que dices si crees que para mí es fácil. Puede que pienses que es sencillo teniendo un padre psicólogo seguir esa estela, pero quizás no sabes que mi padre es la persona que más me exigió todo el tiempo, y que aún lo hace el bendito. Puede que creas que es fácil convivir en la jungla de la ciencia con piratas que sólo piensan en alcanzar la isla del tesoro a pesar de cualquier consecuencia, de saltarse las normas, dar mala fama a mi profesión y tener los honrados que pagar por eso. Es posible que sientas que mi trabajo es sentarme ahí delante únicamente, pero no imaginas la de horas que dedico a preparar las sesiones que doy, las noches en vela que me quedé cuidando de ti, imaginando la forma de salir del barro juntos, acompañarte por un camino donde nunca los hubo, por más que digan los libros. Y no sé si valoras que cada día te escribo una carta para que elijas empezar de cero. Unas cuantas letras aunque no tenga fuerzas apenas de llegar a casa, ensayando cabezazos delante de un folio en blanco y un mensaje con sustancia por dibujarte cada mañana.

Estás en un error si piensas que todo no es cuestión de actitud, si te crees que el talento le gana a la experiencia y que tu destino ya está escrito. Estás equivocado si crees que las excusas te llevarán a buen puerto, y que la felicidad es un número en la cuenta corriente. Estás desatinado si esperas que el futuro sea mejor que el presente y si piensas que expresar emociones y tus sueños no sirve de nada. Porque la verdadera locura quizás sea ser cuerdos todo el tiempo, y ser libres es una forma serena de entender la vida.

Porque solo acierta aquel que le echa narices a la existencia, aceptando sus sombras, sonriendo a los miedos y perdonando sus vergüenzas. Ese que se expone con coraje y que lucha con honor y sin medida. Aquel que sonríe pase lo que pase, que decide cada paso y que no se deja intimidar por sus temores. El valiente que todos llevamos dentro, no me cabe duda, y que espera paciente a que lo traigas al fin a la vida. Ese es el auténtico héroe, nosotros mismos, el que invocamos para salvarnos de nuestra conciencia, porque sabes de sobra que no hay guerra más cruenta posible…

20150629-112734.jpg

1 thought on “Mira mi Guerra…

Deja un comentario