Es la razón y la sinrazón. La excusa y el motivo. La intención con acción y acordarse del olvido. Es la sonrisa con lágrimas del que quiere y no puede, del presente que es fugaz y de las ausencias que se hacen eternas. Es coraje con miedo, las llamas que renacen del frío y la luz que viene de ser oscura. Es la explicación de lo real, pero nadie lo define. Es la comprensión de todo, pero que pocos lo entienden. Un secreto público y un instante que jamás termina. Es la fe del descreído y la valentía de quien se esconde. Es una tortura que acaba en gloria y el temor del que se atreve. Es una pasión contenida, una prosa que acaba en verso y un día que se oscurece. Es una palabra que significa silencio, un sentimiento que no se piensa y una sensación que no se dice. Es el trazo constante de un poeta ensimismado, el color divino de un artista inquieto y el quejido profundo de una voz tierna que impone. Es tentación y prudencia, cielo con su tierra y los pasos del camino. Es la suma de restar orgullo, dividir certezas y multiplicar la pasión por infinito. Es la locura cuerda de quienes se arriesgan, del que vuela sin moverse y del que sueña aún despierto. Es beberse la música por los oídos, respirar los sabores por los ojos y probar los olores con la boca. Es un cielo que cabe en el infierno, con mil dioses que se arrodillan cuando sucede. Es negro sobre blanco que se tiñe de rojo. Es un verbo que suena a adjetivo, más deseado que nombre propio, perfecto cuando es gerundio y genial cuando habita el presente. Esperanza del futuro y lamento del pasado. Nostalgia que deja y recuerdos que no se marchan. Un rayo de vida en medio de la tormenta, y esa lluvia de días soleados. Intuición que gana a la lógica y la guerra contra uno mismo. Vencer los males con belleza y la vergüenza con atracción. Es la verdad mentirosa de creerlo inmortal, la utopía de los realistas y el argumento de los genios. Es la flor del mundo, con sus rosas, con sus espinas. La estrella lejana que duerme delante tuya. Es llegar a ti con entusiasmo, perdonarte los pecados y esquivarte de reproches. Es piedad por derecho, levantar de mil tropiezos y volver sin duda a intentarlo. Es amar, el todo en cuatro letras, un gran lema de nuestra especie, la mejor de las banderas, la única posible, quizás imposible, de lo verdaderamente humano…

Mis padres, hace más de treinta años en La Antilla…