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Esta semana hace un año el blog, y no hay mejor homenaje que pueda hacer a la gente que me lee que darles la oportunidad de compartir unas líneas al regazo de esta hoguera melancólica. Ellos, algunos de tantos que sé que me siguen, no regalarán letras amables en estos días calurosos. Gracias por vuestras cartas. Y aquí sucede la primera, y tenía que empezar por él, mi padre, del cual creo que heredé ese gen que me hace amar la escritura, permaneceré en silencio…

«Carpe Diem» by José Enrique Vázquez Salvador

“Carpe Diem” es un tópico literario, atribuida a Horacio y que puede significar muchas cosas, según la traducción que se extraiga.

“Cosecha el día” ó también “disfruta el día” ó también “aprovecha el día, no lo malgastes” ó también “aprovecha la oportunidad y no esperes a mañana, porque puede que mañana no exista”….Todas las interpretaciones nos llevan a pensar que el presente es lo que importa, el futuro puede que no exista para nosotros.

De joven esta frase me seducía para no perder ninguna oportunidad para divertirme y pasarlo bien. Es la etapa hedónica de la vida. La fase más egocéntrica y pueril de tomarse la vida. Todo el mundo que me rodeaba no eran sino herramientas para conseguir mis propios fines narcisistas. Y claro está, me equivocaba terriblemente…. El sabio latino iba mucho más lejos con su encriptada frase.

Hoy a mis cincuenta años sé que la vida es un verdadero milagro. Un soplo divino a modo de “PACTO” que se renueva cada amanecer. Y esto no debe entenderse como que la vida es un cuento de color rosa. Un día experimente que todo cobraba un sentido mágico y maravilloso cuando el goce de una satisfacción grande era el resultado de un esfuerzo titánico y demoledor. Es como el atleta maratoniano que suda y sufre durante toda una carrera interminable para vivir el indescriptible momento de cruzar la meta, sin importarle el lugar en que quedó. Solo por el placer de conseguir vencerse a si mismo. Dar sentido al sufrimiento para transformarlo en un camino que te lleva a la paz interior, al bienestar de un momento inmensamente feliz. La recompensa gratuita te deja vacio y sin esperanzas. Hoy sé que si trabajo cada día y doy sentido a ese esfuerzo, me acuesto con la sensación de haber conseguido traspasar una meta que le da sentido a mi vida. No es un camino fácil vencer la pereza. Tolerar los contratiempos. Errar y volver a proponerse otra meta. Caerte y aún habiéndote lastimado levantarte y continuar la marcha. Ser educado y atento. Ser humilde ante el despreciativo fanfarrón. Ser proactivo aún cuando estas sin fuerzas….

“Quid pro quo”, “intercambio de algo por algo”, “trueque”…al tiempo que me da la vida yo le ofrezco mi voluntad y esfuerzo por vivirla con los cinco sentidos. Esto para mi es la verdadera dignidad del CARPE DIEM.


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