Enciendo tres velas que iluminen mi alma, apago las luces y me enfrento a un folio huérfano de palabras para rellenarlas de sentido. En esta amnesia de vida se hace difícil pararse un rato a contemplarse a sí mismo, conversar con una conciencia que tenemos mal cuidada. No atendernos puede hacer que no entendamos el mundo que nos rodea. Y reconciliarse con quien ves en el espejo, cada ciertos días, se hace necesario para poder tomar aire en un ambiente, si bien, irrespirable.
Y uno busca que te busca, trabajos, hobbies, parejas, coches, hipotecas, ropa a la última, amigos, y no nos damos cuenta de que primero es encontrarnos a nosotros, luchar contra miedos y recelos para construir de alguna forma un castillo de valores y de actitudes, que nos guie en lo bueno y en lo malo, y dejarnos llevar… De lo poco o mucho que me ha servido esta terapia, llamar a una puerta que tenía más cerca de lo que creía y que permanecía medio abierta. Enfrentarme a una guerra perdida de antemano con batallas realmente duras, y exteriorizarlo, escribirlo, me ha sido difícil, como cuando te rajan en canal, pero fue para darle una medicina a mi alma que ha curado órganos que tenía mas bien dormidos. Y he aprendido a valorar mas a las personas, aunque si bien es cierto, he terminado por odiar con mas fuerza a los mediocres de medio pelo y a cenicientas sin hora de llegada. Una terapia que me ha hecho más fuerte, más humano. Es un honor que seais testigos de esta guerra.
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para mi es un honor leerte
te conoci hace años en un curso de intervencion. te encontre de casualidad por el tuenti y llevo meses enganchada a tus escritos. No se si me recordaras, soy alicia beltran. Que sepas que en mi trabajo te seguimos bastante. llegaras lejos.
Alicia Beltran, estoy contigo.