Enrique Vazquez Oria

Polis, ladrones y demás chusma…

¿Nunca han tenido un mal sueño y se han levantado cansado? Eso me ocurre hoy. En la pesadilla, un tío me seguía con una pistola que disparaba mal mientras yo trataba que no se me perdiera el perro, tan surrealista como cómico. Y claro, tanto escapar de las balas tirando del chucho ha hecho que me pegue toda la noche de aquí para allá haciendo piernas, tanto que me he tenido que dar una ducha esta mañana para aclarar los músculos. Que gracia, ya no podemos estar tranquilos ni echando un sueñecito…
Pero la realidad supera la ficción, ayer un desgraciado rompió el cristal del coche y me quitó la radio y los papeles, cosa normal si piensas que vivimos en la jungla del más fuerte. Hice la respectiva denuncia y el policía, cargadito de razón, me justificó, «-es que no se puede dejar el coche tantos días en el mismo sitio…».
Un halo de luz me iluminó, -es verdad, señor policía, cuán razón tiene usté…-, la culpa es mía por pagar mis recibos, malvivir con un sueldo que aprieta y ahoga y no cambiar el coche de sitio para que los cacos no caigan en malas tentaciones…
Perdone usted señor caco, perdone usted señor policía, múlteme señor juez…
Si algo aprendí hoy, amigos míos, es que no sólo hay ladrones en el Congreso, y es que no veo a Chaves quitándome la radio del coche, aunque cosas más raras se han visto, eso y que la integración de los «malos» sería posible, pero que yo no la quiero, me conformo con tenerlos lejos de los «buenos», y en los malos incluyo cacos, algunos policías y muchos muchos políticos…