Y no puedo hacer nada para remediarlo, la ciencia no sabe darme más respuestas de la que espero, mis amistades cercanas lo saben pero no hacen caso, algún gesto de burla como mucho, y es que no es para menos. Mi madre bien conoce el tema desde antes casi de que pudiera hablar, siempre estuvo y estará apoyándome, yo lo sé, mil gracias madre, sé que miras con resignación lo que otros traducen en risas, ese idioma de las madres, ya saben… Un mundo que premia al que la tiene más grande, visto lo visto, un lugar que repele a los que carecen de lo que yo, precisamente, adolezco.
Ya saben de qué hablo, a lo que me refiero, aunque de cosilla nombrarlo…. De la vanidad, señores, de la vanidad…
Y es que tengo poco y quisiera tener aún menos, pues abrirá puertas, pero mi alma no dormiría tranquila, ni te digo mi conciencia…
Lunes de vanidades y dobles sentidos, como todos los lunes, y un frío que pela, tanto, que me la empequeñece…