Enrique Vazquez Oria

Ven Con Nosotros…

Ven al lugar donde los sueños vienen al presente y el imposible es mudo. Ven al reducto de guerreros que forjaron su propia leyenda venciendo una guerra de antemano perdida. El cielo de los decididos y el paraíso de los dispuestos. El hogar del samurái que lucha en silencio contra sus miedos. El grito pacífico contra la indiferencia de dejarnos llevar por un universo que pretende el caos en tu esperanza, vacío en la fe y cobardía en tus ganas de todo. El lugar donde arrepentirse es un derecho y exponerse una obligación. El norte de navegantes ávidos de aventuras increíbles y de cicatrices bellas en el futuro.

Aquí esperamos al miedo con coraje, la pereza con acción y la tristeza con sonrisas. Aquí somos únicos, caminantes, capitanes y hermanos. Somos aquello que queremos, sonriendo al inconsciente y abrazando al pasado. Sin culpa excepto el que no lo intenta, sin reproches al que dibuja su destino. Un castillo de desafíos, reducto de historias que terminan de ejemplo y novelas que parecen de mentira. Cuentos con finales perfectos donde el afecto a uno mismo triunfa al menos.

Aquí nos vestimos de ilusiones y danzamos los problemas. Aquí cantamos con entusiasmo el himno de la alegría. Contamos la vida por suspiros y tu leyenda por los gestos de nobleza. Sentimos más que pensamos y hacemos más que decimos. Con la bandera del atrevimiento ondeando en la cornisa y el lema de amar en nuestra frente. Guardianes del mensaje más eterno, más valioso, respirar y todo lo demás, el tesoro de los que necesitan poco.

Amantes de la tierra, de las miradas, del deseo y de un atardecer más que se escapa. Entusiastas apasionados, tiernos, cuerdos locos de la experiencia. Incrédulos de los límites, y fanáticos de experimentarlo. Imprevisibles, generosos, agradecidos, efusivos, jornaleros del ánimo y labradores de momentos. Arquitectos del instante y juglares de las letras. Comprometidos, enemigos de las excusas. Valientes comendadores del secreto de estar serenos.

Ven al lugar del que nunca te fuiste. Al sitio de los héroes que vencieron al fracaso. Ven a despertar de un mundo que parece dormido, con nosotros, a disipar las dudas, a herir sospechas, a reinventar certezas y a matar fantasmas. Ven para volver a ti, al fin, que quizás llevas mucho esperándote. Ven para enamorarte del camino, de la única senda posible, la que escribes con cada uno de tus pasos, y deja que tu presencia sea mi orgullo…