Y aquí comienza el suspiro que os pido, compañeros de viaje, alzad vuestras copas, como yo haré, y encontradle el sentido a cada sonrisa que surja, saboreando cada aroma que te lleves a la boca, y respirad bien fuerte, como si fuera a acabarse el aire, al regazo de una vela que llena de paz moradas que lo merecen. Y amad, al que teneis al lado, al que teneis enfrente, a vosotros mismos, pues no te llevarás de este mundo otra cosa que lo que siembres en las almas de quienes te admiran…
Y si esto se cumple, amigos, sentiros bien dichosos, pues son privilegiados los que pueden sentarse con los suyos un año más, los que no olvidaron la sonrisa en una cuneta, a los que el bolsillo permite bocados dignos, los que saben respirar, como yo os pido. Haced de mi espada la vuestra, y cuando falten los que no deberían, en vuestra mesa, en vuestra NocheBuena, invocad la dignidad, la humildad y la bondad, pues os digo que entonces ya jamás estaréis sólos, no nos pueden arrebatar lo que abrazamos con todas nuestras fuerzas, y seguid respirando, hermanos, pues vuestro mundo os necesita, tanto como mis letras…
Me encantaría que así disfrutases tu nochebuena…