Enrique Vazquez Oria

Se busca Dictador….

“La Dictadura es el mejor modo de gobierno…”. No es una opinión mía, ni mucho menos, lo dijo el filósofo Platón en la antigua Academia de Atenas. Da miedo la afirmación, ¿eh?. No se precipiten, no es sino una mera palabra, sin más. Ese escalofrío que le produce su simple eco sucede porque tiene usted grabado a fuego en su genética del recuerdo una serie de palabras tabú que de antemano le parecen inaceptables y prohibidas. Ahora, en esta orilla que visita de vez en cuando, haga el ejercicio de dejar de lado prejuicios imbéciles y condicionamientos de palabras a miedos por tradiciones culturales y humillante historia cercana, y una vez dispuesto atienda…
Platón establecía, entre otros, cuatro grandes tipos de gobierno, la oligarquía, o poder de unos cuantos ricos, la Democracia o gobierno del pueblo, la Anarquía, concebida como caos social absoluto, en plan tribu, y la Dictadura o gobierno de una sola persona. Claro, teniendo la historia de Dictadores que tenemos en nuestra querida patria es normal que tiemblen los cimientos de la cordura ante la afirmación platónica inicial, pero si han descontaminado la mente de prejuicios y el alma de lamentos, como les pedí, podrán entender la inercia del griego. Este hombre decía, con acierto, que la mayoría del pueblo es tremendamente egoísta y medio analfabeto, por lo que la Democracia, donde el poder reside en bodoques con ojos, sería la peor de las desgracias, imaginen una cuerda donde cada menda tirase de un lado, terminaría a la deriva de forma irremediable. Tres cuartos de los mismo ocurre en la Oligarquía, en la que unos cuantos ricos se reparten el pastel a su antojo. Y daríamos de bruces con el anticristo, «la Dictadura», con dos posibilidades, que el Dictador sea una persona en condiciones o que caiga en gracia del poder un hijo de la grandísima puta bajito y con bigote que joda el progreso de un país y todo lo que se le parezca, que igual les va sonando la cantinela… Platón pensaba que si teníamos la gran suerte de tener un Dictador bueno y justo, cosa difícil, al estar el poder concentrado y no disperso en diplomáticos comisionistas, los cauces tanto políticos como judiciales serían mucho más efectivos, es decir, que el personaje en cuestión tendría más a mano el cotarro y le sería factible manejarlo a su antojo, siempre suponiéndole la buena fé de cada acto. Ya ven, mis lectores, Dictaduras que no son tan malas, condenas que no son tan eternas, burradas que ya no lo son tanto después de unas pocas líneas y unos muchos políticos en primera plana permanente hasta arribita de mentiras y de bolsillos llenos de dietas cobradas y bien cobradas. Por lo que si conocen a un tío en condiciones, justo y bueno, trabajador e incorruptible avisen, que lo acepto como Dictador por la gloria de España. Se aceptan solicitudes, no se requiere experiencia….