Enrique Vazquez Oria

Ríndase o muera….

Me tengo que morder la lengua, por mi integridad y mi honor. Pero es que algunas veces se envenena uno tanto que olvida las buenas palabras y sólo desea echarse a la cara a uno de esos hijos de puta sin alma que sobrevive de las migajas del honorable y partirle la crisma, dos veces si es posible. Tanta leche con lo políticamente correcto y toda la pesca, tanta idiotez bien vista, tanto mediocre venido a más me está haciendo rebelde contra todo, amable con pocos y creyente de uno mismo, y eso me entristece, porque todos los ejemplos de verdad, aquellos últimos signos para la esperanza, viven acogotados por animales sin escrúpulos pero con mucho poder, el que da carecer de valores y seguir adelante. Hoy no daré nombres, ni para bien ni para mal, hoy no ensalzaré ningún héroe anónimo ni tampoco desterraré alimañas indeseables. Hoy sólo clamaré mi aviso contra quien deje de lado a las buenas personas que habitan con miedo por su simple condición educada. Es ésta mi declaracion formal de guerra contra quien ose reventar buenas intenciones a mi alrededor. Mi ejército se hará poderoso ante quien desdeña la derrota, y es que tienen por qué temer, pues no hay mayor peligro que el enfrentarse a hombres y mujeres que guardan corazones voluntariosos, gente que no tiene mucho que perder y una vida digna por ganar. Nos veremos en el campo de batalla indigno enemigo, no cesaré hasta hundir mi daga en su estómago, no lo dude, y la bandera de la bondad ondeará impasible …
A los demás, buen fin de semana y mis disculpas por hacer de la terapia de hoy un canto a la guerra…