Enrique Vazquez Oria

Regalitos por encargo…

Qué gracia me hacen los ganaderos de España cuando tiran para Madrid con sus animalillos, por medio de la Castelllana, reivindicando lo suyo. Pero no sólo pasa allí. Aquí en Sevilla también los tenemos, pero más sufriditos…
No sé si lo han terminado de notar, pero el verano ha hecho acto de presencia y se dispone a darnos buenas bofetadas durante un tiempo. Uno anda acostumbrado a tanto tortazo, por lo que la sarna será menos, aún sin ser con gusto, aunque no quiero ni pensar cómo estará la gran mayoría de la población de ésta ciudad, con tanta piel de borreguito. Y es que supongo que habrán oído lo de la manifestación la semana pasada, donde cuarenta mil almas borreguiles se echaron a la calle para proclamar unidos por la mala gestión de su club, el Betis. Me da que pensar, desde luego, el calor que deben estar viviendo los pobrecitos, con tanta lana, bajo éste Sol de justicia que abrasa las ideas de cualquiera. Les compadezco, a todos, al pastor y al rebaño, al perro y al cacique…
Señores, me da vergüenza vivir en una ciudad que se jacta de defender los sentimientos futboleros pero que ni se plantea salir a gritar frente al Ayuntamiento por el paro, el más alto de la historia, por los sueldos precarios, por el precio de los alimentos básicos, no sé, tantas cosas por las que protestar y nadie que ni se lo proponga, y eso que allí había desde abogados hasta artistas, pasando por trabajadores de a pie. Vamos, todo cristo…
Por eso digo que, tanto borrego en grupo, por el centro de ésta ciudad bañada en falacia, ofrece al turista un paisaje pueril, sólo semejante a las imágenes que cada año nos muestran de Madrid, con todo bicho viviente en Gran Vía, defendiendo no sé qué del Paro Agrario, minucias sin importancia mientras tu equipo juegue en primera para ir a verlo los domingos. Manda huevos.
Y dicen que la profesión de pastor tiende a desaparecer, mentira!. Aquí nos sobran borreguitos que cuidar, o, si prefiere, adoptar. Haga usted una buena obra y regale algo original a su señora en éstos días de verano. También mandamos por encargo…