Enrique Vazquez Oria

Día 10.Córdoba. Bella y Eterna…

Fueron muchas las piedras del camino, demasiadas las lomas teñidas de verde donde la verea se perdía en el horizonte, cientos los momentos malos sopesando el abandono. Pero hoy corría una brisa suave que hacía agradable el paso, permitiéndome disfrutar de los momentos y los olores. Incluso me he atrevido a mojar los pies en un riachuelo de aguas claras que ha aliviado el sofoco de la mañana. Es por eso que he llegado algo más tarde que de costumbre, pero me conformo, pues he podido saborear las horas de verea, y eso lo compensa todo…

Al final de la senda que recorre la antigua ruta del Califa aparecía Córdoba, inmensa, capital árabe esencial para entender la historia de nuestra cultura, y, por ende, la del mundo. De aquí surgieron grandes médicos y filósofos, como Averroes, que observa paciente desde la puerta de la Judería, en mármol, un mundo bien diferente al que él vivió. Emociona, después de tanto, caminar por esas callecitas estrechas de otra época, a la sombra además de versos de Miguel Hernández, que, en su centenario, el ayuntamiento ha dispuesto sus letras en cada balconada. Córdoba mira hacia el río, sospechando miradas de enamorados desde la Torre de Calahorra, poniendo sonidos al agua que transcurre bajo el puente romano.

No han sido pocos los poetas y escribas que a estas tierras han regalado palabras y rimas. No han sido pocos los caballeros de punta fina que aquí han quedado prendados de mozas, embelesados por una belleza cautiva que vive en los rostros de amables damiselas que doblan las esquinas. Hoy no seré yo el que le pinte poemas a esta ciudad, cuna de artistas a los que les pertenece el derecho del piropo y sus caprichos. Las fotos que he tomado ya dan buena cuenta de lo que os digo.

Además, Cordoba y la casualidad me ha reencontrado por suerte con un amigo de mis primeros años de residencia, mi amigo Juanpa. Juntos hemos rememorado mil momentos del chaval que empieza a vivir en el mundo y desconoce lo que esta por llegar. Días en los que se forjaron amistades y recuerdos que uno guarda en el arcón de las sensaciones con cariño.

Hoy descansaré como debe, sonreiré al cielo por dejarme llegar hasta estos lares, y con esperanza, aún de noche, partiré hacia Almodóvar para reencontrarme con mis padres y recuperar una conciencia desgastada pero firme a la hora de concluir con dignidad esta maravillosa aventura…

Fotos y videos de hoy pinchando abajo…
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