Me estaba secando, dándole vueltas a la historia cuando se me ocurrió una idea parecida, «tortazos» gratis. Como oyen, puesto a hacer gilipolleces, me calzo mi polar y me voy a Sierpes con un cartelito que rece «Tortazos gratis», y cuando se acerque algún descamisado preguntando le arrio una caricia de mil pares antidepresiones que le quite la tontería. Lo creerán o no, pero un buen tortazo te quita la tristeza y el desasosiego en un plis, y se ahorra usted un dinero en psicólogos y médicos. Un buen remedio para la crisis si lo piensan, antidepresivos gratis y sin contraindicaciones, y luego, si quieren, se pueden acercar al del abrazo para que les consuele…