Enrique Vazquez Oria


Me acerco a estas líneas por fidelidad, escribo desde un hotel lejos de mi casa, rodeado de gente extraña, conocidos, sí, pero personas en las que no confiaría más que lo justo para no arriesgar estados de ánimo. Me siento responsable de la gente que acude a estas líneas, pretexto de la curiosidad, o, quizás, del interés por mi persona, y es por eso que vengo de nuevo aquí, a reencontrarme de nuevo conmigo mismo, aunque hoy deteste lo que tengo ante mis ojos.
Es curioso que desde que hago este espacio tan personal, ha coincidido con que se han sucedido una montaña rusa de sensaciones, tanto buenas como malas, que me han hecho madurar, que me han hecho tomar conciencia de lo que somos en el mundo, y el verbalizarlo, a través de estas letras casi diarias, me ha ayudado a superar cada una de las adversidades que se han ido sucediendo. Quizás sea el que a todo el mundo, más o menos, les ocurra las mismas cosas, esa identificación, sí, es posible que sea la clave… no lo sé.
Hoy me siento muy solo, muy triste, siento no contestar las llamadas de nadie… prefiero un solo minuto de verdad, de realidad, que una vida teñida de preciosismo. Y lo útimo es que nadie se adapte a mi caracter para no dar problemas, ni oculte… Yo me adaptaré si realmente merece la pena… y lo merecerá si la situación, la persona, es auténtica, en esencia..