Y titulo hoy el post igual que cuando vió nacer. Tal día como hoy, hace justamente un año, nacía este diario tan personal que titulé «Escritura como Terapia». No esperaba, ni de lejos, que se convirtiera en santo y seña de mi identidad, como así ha sido, y ha coincidido, casualidad o no, con una época de estabilidad relativa. Han sido testigos de un año en mi vida desde el día a día, mis preocupaciones, mis críticas, mis lamentos y mis ilusiones. Y es que no soy más de lo que han leído, para bien y para mal. Siempre creí que las cosas hay que dejarlas en su justo momento, y quiero anunciar que lo dejo. Cierro esta ventana tan personal, estará ahi para que un dia vuelvas si tienes frío y te quieres acurrucar al fuego de estas humildes letras, y os animo a que hagais algo parecido. Como reza el título, puede llegar a ser una buena terapia. A mi me ha curado, y los tratamientos hay que dejarlos cuando ya no se necesitan. La vida continúa, pero no es momento de seguir molestándome en expresarla públicamente. Publicaré las cartas que faltan en lo sucesivo. Os echaré de menos… ha sido un verdadero placer